Los 100 días de EPN.

21 de marzo del 2013

Por: Adeida

Enrique Peña Nieto
Enrique Peña Nieto

“No debemos sujetar nuestra nave con un ancla sola ni nuestra vida con una sola esperanza.” Epicteto

  

El balance de los primeros 100 días del gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto es eminentemente positivo. Más aún porque, más allá de las decisiones y acciones en lo individual, el arranque de su gestión reafirmó que está comprometido a llevar una ambiciosa agenda de cambios para darle un impulso renovado al país, y que cuenta con un enfoque integral para ir avanzado en forma ordenada y consistente en este propósito.

Por un lado, reconfiguro a la Administración Pública Federal para ponerla al día tras doce años de disfunción y, en especial, ha recuperado la capacidad de la Presidencia de la República para fijar rumbo y establecer una estrecha coordinación entre todas las dependencias del Poder Ejecutivo como premisa fundamental para la acción de gobierno. El lamentable accidente ocurrido a finales de enero en las oficinas administrativas de Pemex, no sólo permitió demostrar la inmediata capacidad de reacción del gobierno federal, sino también su forma de actuar coordinada, ordenada y transparente.

Por el otro lado, tanto con la iniciativa del Pacto por México como con la voluminosa agenda legislativa que ha promovido, ha dejado en claro que buscará articular cambios de fondo en el país con base en el diálogo, la negociación y los acuerdos entre todas las fuerzas políticas del país. La voluntad para transformar aspectos fundamentales de nuestra vida institucional, al igual que la capacidad para concretar en los hechos propuestas de gran calado, perfilan a un gobierno enfocado en lograr avances tangibles, que se traduzcan a corto y mediano plazos en mayor bienestar para los mexicanos.

Además, en estos primeros 100 días, el gobierno del presidente Peña Nieto ha logrado proyectar en el exterior el nuevo rumbo que su gobierno le está imprimiendo al país. Las numerosas reuniones de trabajo en México con diversos funcionarios de la administración Obama y personalidades políticas de los Estados Unidos, la participación del presidente Peña en la cumbre entre la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe y la Unión Europea, e, incluso, su presencia en los funerales del ex presidente de Venezuela, Hugo Chávez, son acciones que lanzan una clara señal del equilibrio que busca darle a una política exterior activa, orientada a crear un espacio para México en el escenario internacional como auténtica potencia emergente.

Por último, en esta primera etapa, el gobierno del presidente Peña ha logrado articular con base en todas sus decisiones e iniciativas una política de comunicación eficaz, que en un muy breve lapso ha contribuido de manera fundamental a cambiar para bien el sentido de la conversación pública en México y la percepción de nuestro país en el extranjero. Hoy, en México hay un nuevo ánimo para responder con decisión ante los grandes retos que seguimos enfrentando, y un amplio reconocimiento entre los principales medios de comunicación y analistas internacionales de las condiciones que permiten prever avances significativos para México en el corto y mediano plazo.