Tipos de  violencia...

POR:César Peña *cesarpesa@hotmail.com,

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04 DE DICIEMBRE DEL 2014

 

 

Apologizar sobre el uso de la violencia sólo ha servido para los que desde el poder, legal o ilegalmente conseguido, tengan el sustento para una acción que logre meter al cuerpo social en cintura, algo peligroso en tiempos actuales  como  en México, en que las rebeliones se multiplican, aparentemente por un evento no resuelto –Ayotzinapa-, pero que resume  en realidad, todo un caudal de acciones que encendieron los ánimos a tal punto que hoy no hay un rincón en el país que no esté incendiado por el combustible de la injusticia en un aparato de gobierno polisaturado de corrupción.

            Uno de los teóricos que aborda el tema de la violencia es el italiano Toni Negri. Con sagacidad, explica que ningún Estado, al hacer uso del monopolio de la fuerza que le fue conferido por la misma sociedad, puede erigirse en ilegal. Es decir, este uso de la violencia puede no ser ilegítimo, sin embargo, sus causas sí pueden serlo a punto tal que la colectividad no vea como ello la prevalencia del Estado de Derecho al que tanto se han referido en los últimos días algunos políticos, y si vea un tufo de autoritarismo llegando a los estratos más bajos, un acto de represión absoluta contra el libre derecho a la manifestación. 

            Estamos entonces ante un panorama en que opuestos como la violencia social, se combate y censura, adquiriendo una connotación redentora la violencia del Estado, que es exaltada ante la imposibilidad de acallar las voces disidentes que piden justicia. El Gobierno mexicano actúa mal por doble partida; quiere terminar con las marchas y plantones combatiendo el efecto y no las causas que la originaron, porque los normalistas siguen sin aparecer y muchos funcionarios siguen tan incapaces como desde el inicio de la actual administración y al mismo tiempo niega la justicia desde las instancias judiciales, ya sea omisión, incapacidad o de plano, a través de una abierta negativa.

            Un tercer elemento debe ser tomado en cuenta, se trata de la violencia estructural, aquella que es inherente al sistema político mexicano, endémico del capitalismo y que se manifiesta como corrupción en diversos grados en los partidos políticos y desde luego los políticos y sus acciones.

            Esta violencia estructural es la que deja sin empleo a millones de personas, la que no satisface a las clases marginadas con oportunidades, vivienda y sobre todo educación y a la que le importa un bledo las necesidades de los hogares. Como sabemos, el proyecto de liquidación de las normales rurales del país no es nuevo y en Hidalgo ya tuvimos el antecedente de la Normal Rural Luis Villareal “El Mexe”, que antes de cerrarla, entró en una crisis política profunda, organizada desde fuera.

            No es papel de los líderes camerales, legisladores ni menos de empresarios, hablar sobre la violencia de los inconformes por Ayotzinapa, porque si bien, afecta el comercio y los ingresos de algunos sectores económicos, no ayuda a entender lo que está pasando. Todo lo contrario, sus palabras abonan al terreno de una violencia mayor, que ahora amenaza desde Los Pinos, sin resolver las verdaderas demandas sociales, o tal vez, en realidad eso es lo que buscan.

            Porque si una cosa nos ha quedado en claro en estos días, es que quienes ejercen esa violencia estructural son los políticos, que agotando el sistema actual, se han entregado a la corrupción, a la inmoralidad y al enriquecimiento personal, envileciendo la actividad y golpeando y asesinando jóvenes. La solución, reclaman algunos sectores, es hacer a un lado a los políticos, ya que son los responsables de casi todos los problemas actuales.

            Esta limpia que se ve en puerta, no incluye a los políticos, por lo que anticipando esta marginación del proyecto, ese sector hace todo por reinventarse y ofrecerse como mediadores y solución a una dificultad que son ellos mismos, por lo que poco puede esperarse de su intervención y eventuales salidas.   

 

Cuentas claras: Cerrados en al autismo de la comodidad y aparentando que nada sucede en este país, los legisladores se han centrado en aprobar sólo los dictámenes y trabajos que creen necesarios como el Proyecto de Egresos y el Presupuesto de Ingresos. Nadie se ha percatado que lo que está en juego en México es la viabilidad política del sistema de partidos, por lo que es momento para postular un cambio de modelo social, que es reclamado por todo el pueblo y que necesariamente incluye a la política y la economía.

 

* Periodista, investigador y economista