Crisis en derechos humanos...

Por: César Peña *cesarpesa@hotmail.com,

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09 DE  ABRIL DEL 2015


Muy grabado está en la memoria colectiva la vez que un hombre armado con un machete, pasaba amenazante entre autos de varias calles del Distrito federal, con una fila de policías detrás que eran incapaces de detenerlo pese a que iban armados con pistolas. Todo fue captado por cámaras de televisión y de las propias autoridades que seguían en vivo la travesía del desquiciado hombre por varios minutos. El incidente deja en claro la incapacidad de los policías para detener a potenciales peligros o consumados delincuentes de manera efectiva.

            El reciente caso del mexicano Armando Zambrano, abatido por policías estadounidenses, es la más viva expresión de esta torpeza y falta de preparación de a quienes les hemos encomendado la tarea de vigilar la paz y la seguridad del cuerpo social y que se suman a las de Rubén García y Ernesto Javier Canepa Díaz.  No podemos entender que ante tanta preparación y cursos en materias diversas, como autodefensa, manejo de situaciones riesgosas y sobre todo derechos humanos, tengamos como resultado auténticas escenas del barbarismo humano, tan llenas de salvajismo e incompetencia.

            Los informes de Amnistía Internacional y Human Rigth Watch sobre el agravamiento de la situación de derechos humanos en México, en que las detenciones arbitrarias, la tortura y las ejecuciones extrajudiciales son el pan nuestro de cada día dejan un escenario muy digno de considerarse, porque si bien, cada día nos hablan de mayor preparación policiaca, vemos lo contrario, un cúmulo de flagrantes atentados contras las garantías individuales.

            Tanto Estados Unidos como México, son sólo dos ejemplos de las violaciones a los derechos humanos de forma grotesca. El contexto, es un discurso de autoridades agazapadas en una realidad de capacitación a manos de especialistas israelíes, del FBI, de Scotland Yard o la Guardia Suiza, de los mejores del mundo, para presuntamente ofrecer seguridad de calidad. Lejos estamos de esta promesa  y vemos que se impone lo tradicional, es decir, el sometimiento del peligro, real o imaginario, usando exclusivamente la vía de las armas.

            ¿Quién podría pensar que era un peligro el mexicano desarmado que fue brutalmente asesinado por los guardianes del orden de EU?, ¿o acaso lo era el célebre Rodney King que desató una serie de disturbios en los Ángeles California hace un par de décadas?, ¿esto es lo que se enseña en las capacitaciones?

            El meollo del asunto es que nade podría premiar a ninguno de estos dos países por su desempeño, menos a la luz de la investigación en el equipamiento como pistolas que aletargan o duermen a los delincuentes o posibles agresores, que bien podrían suplir completamente a las armas de los agentes policiacos. Descargas eléctricas a grandes distancias dan segundos para desarmar a cualquiera o bien, cercos bien establecidos pueden contener pacíficamente cualquier peligro.

Todo eso es estuvieran  bien capacitados y entrenados tales policías, que podrían someter fácilmente a un ebrio o a hasta a un hombre con arma blanca y hasta con arma de fuego, sin hacer un solo disparo, pero no es así, se antepone la brutalidad ante la razón, la inteligencia y el apoyo científico. Tal parece que existe el encargo de mostrar una autoridad brutal y no una sensible y humana. Sigue siendo un debate del otro lado de la frontera, que se sigan usando armas para contener a conductores que sólo sufren casos de desórdenes mentales moderados y que sólo cometen faltas leves como no detenerse en un retén por miedo o no respetar los límites de velocidad.  

            Recientemente, un joven de raza negra fue abatido en un parque de EU porque las autoridades creyeron que empuñaba un arma cuando sólo estaba jugando. ¿Esta es la inteligencia de las que nos presumen las autoridades y para esto tanto gasto público, para terminar haciendo lo más retrógrado para garantizar la seguridad de la gente? Estamos ante un uso desmedido y totalmente irracional de la fuerza del Estado en su tarea de mantener el orden social. Es hora de revisar a profundidad este tópico.

            Si ahondamos en esta crisis actual, Ayotzinapa y Tlatlaya son los ejemplos más contundentes de esta ineptitud del Estado Mexicano, que incluso, están generando un problema que nos tiene en la mira de las instancias internacionales y del que no se le ve solución, ni  solución inmediata.        

 

Cuentas claras: Precisamente sin calidad moral para juzgar lo que hacen otros países, Estados Unidos se lanza a la ofensiva contra Venezuela, criticando y sancionando lo que hace en materia de derechos humanos como lo ha hecho permanentemente con Cuba, cuando es incapaz de darle solución a sus conflictos internos lo mismo que a los malos tratos a los migrantes en la frontera sur.  El combate al terrorismo internacional le hace agua por los propios terroristas que cultiva y alberga en su territorio cuyo caso más sonado ha sido el de Timothy McVeigth, en Oklahoma y otros decenas de desquiciados, a veces, bajo las órdenes del propio gobierno como el propio Luis Carriles.  

 

* Periodista, investigador y economista