EDITORIAL
06 DE MARZO DEL 2014
Los partidos políticos fueron perdiendo su esencia en los últimos tiempos, los documentos básicos de todo instituto eran la columna vertebral de la doctrina filosófica que distinguía a cada partido, hoy los mismos actores principales han destruido el motivo para los cuales fueron creados estos institutos, hoy ya no hay ideología que distinga a los diferentes partidos políticos en nuestro país, todos o casi todos están cortados con la misma tijera, los colores solo son un distintivo que les da presencia en tiempos de elecciones o mítines políticos; quedó atrás aquella pasión con que se disputaban los cargos a elección popular, hoy solo esperan ser los menos conocidos, y por lo tanto los menos comprometidos para ser asignados a un encargo de público, llámese este de elección o administrativo; los partidos políticos han perdido aquello que les dio presencia entre la clase popular, la gestión y solo los líderes se promueven en redes sociales para dar a conocer lo que hacen desde el escritorio; la burocracia ha invadido a los partidos y estos solo vegetan cuando deberían estar más activos; lo peor de todo esto es que le cortan las alas a nuevas generaciones, con el único propósito de permanecer en el cargo por más tiempo, usted lo puede ver en la CTM sector del PRI, donde ya son bisabuelos y siguen manejado a los jóvenes a su libre albedrio, no se ha visto a un joven digamos de 40 años presidir este sector, y lo mismo pasa en el PAN y PRD por citar algunos de los más mencionados; los tiempos han cambiado tanto, al grado que los partidos políticos son los organismos más deteriorados de la sociedad, con una imagen cada vez más “negra” por culpa de sus dirigentes; ojalá que hoy que algunas dirigencias están por renovarse y piensen un poquito más en sus institutos y los que aspiren le den más importancia a la esencia de lo que es la filosofía política de su partido, que a “sacar sus trapitos al sol” como está sucediendo en el PAN y PRD, por el bien de todos, por el buen funcionamiento de la democracia, por el bien de México…