Bullying social

19 DE JUNIO DEL 2014

POR: César Peña *

Ahora que el acoso escolar se está “desbordando” de las escuelas a raíz de la proliferación de dispositivos electrónicos para capturar estos incidentes,  legisladores y senadores del país buscan intervenir para revertir estos incidentes emanados netamente de la cultura de la competencia y el darwinismo social, pero lo pertinente es cuestionar ¿realmente podrán y tendrán los conocimientos para este paquete?

                Para comenzar el bullying, es una herencia de la tradición norteamericana,  ha existido de manera permanente en los salones de cada generación pero se le ha venido restando importancia en muchos momentos en función de los valores reinantes pero hoy, ante la posibilidad de que las cámaras de video de los teléfonos móviles pueden captar casi todo, se está llevando el tema a las redes sociales, a los medios de comunicación y de ahí, al debate público.

                 El problema proviene de quienes intentan hacer leyes para impedirlo, los legisladores y senadores. Como sabemos, cada uno de los representantes populares que ocupan un escaño, salieron de partidos  que practican el canibalismo  político al interior y luego, disputas electorales con otras fuerzas políticas en que se comportan como cro-magnones, derivando en toda clase de acciones que por sucias e ilegales que sean, son parte de la cultura del sistema político – electoral mexicano.

                Ahí, los candidatos y partidos no se hacen bullying, sino que entran en lo peor de la condición humana, llegando a límites aterradores como el asesinato político, la diatriba, la difamación, el robo, la agresión, etc. Estos políticos, salidos de tan peculiares procesos  son los que ahora pretenden calificar el acoso escolar y buscar la manera de remediarlo. Simplemente, no veo cómo puedan lograrlo.

                Recetas van y vienen ante quienes son expertos en las artes oscuras políticas. Desde hacer observatorios ciudadanos, líneas telefónicas para denunciar el abuso que dicen que ahora si van a contestar, hasta sanciones a los colegios y escuelas que apliquen la omisión como regla ante la reincidencia de casos.

                Lo que no vemos claro, es cómo le van a hacer para hacer que la sociedad mexicana no siga los pasos de la norteamericana, que anteponiendo los valores del mercado, terminó por hacer de sus estudiantes zombies desquiciados en el objetivo de sobresalir en la competencia. Allá en Estados Unidos, son, producto de esta desviación, personajes que se han consagrado como instituciones a este defecto, como el bravucón, el sumiso y el “nerd” o estudioso, todos parte del mismo fenómeno.

                Todo se mide en función del éxito y el fracaso y para ello se ha creado un sistema de valores que permiten tales torpezas educativas, que aunado al desinterés magisterial, la omisión de las autoridades y la indiferencia de los padres de familia, han creado un caldo de cultivo propio para el acoso escolar permanente.

                Con seguridad puedo afirmar que no hay una sola escuela que esté libre de este problema, pero estamos tan sorprendidos despertando de la modorra que nos causaron años de falta de evidencias como las que hoy tenemos para darle el beneficio de la duda a lo que por años ha ocurrido dentro de las aulas y del sistema educativo.

                Las soluciones podrían ser peores, más porque provienen de este sector de políticos y legisladores que emanados de esta tradición trasladada a la política, también le han hecho bullyinga la sociedad, a la que amenazan, chantajean, engañan y compran en cada elección, por lo que en realidad, creo que poco pueden hacer al respecto.

               

 

* Periodista, investigador y economista