YOANI SÁNCHEZ

02 DE MAYO DEL 2013

POR: CÉSAR PEÑA

YOANI SÁNCHEZ
YOANI SÁNCHEZ

Para nadie es un secreto que Estados Unidos ha buscado, desde el derrocamiento de Fulgencio Batista, que el proyecto del socialismo cubano muera al precio que sea. Ha intentado sabotear a la isla con un criminal bloqueo económico, con la manipulación de los precios de la caña de azúcar, uno de los principales sustentos de Cuba, huelgas camioneras, asesinar directamente a Fidel Castro, entre otros interminables complots.

                Existe, incluso, un partida oficial del gobierno estadounidense, para “democratizar” Cuba, al que se le han destinado 250 millones de dólares y que por supuesto, a personajes como John Kerry, le llaman a preguntarse qué es lo que le ha fallado, pues el modelo económico o la vía socialista sigue vigente pese a tanta y tanta audacia criminal por asfixiar a un pueblo que ha logrado sobrevivir a tantos embates.

                En ese contexto, se encuentra sin duda, la política exterior, en que se le hace fiesta y se recibe con los brazos abiertos a cuanto cubano disidente se dé el valor de dejar la isla y llegar a territorio yanqui mientras a mexicanos y a centroamericanos que intentan hacer lo mismo, se les persigue y se les deporta. Claro que la estatua de la libertad sirve, pero sólo para algunos mientras tenga fines políticos.

                La gira mundial que realiza la bloguera Yoani Sánchez, una opositora al régimen comunista parece ser parte del mismo show. Se pasea cómodamente por todo el globo con gastos pagados como lo hizo recientemente en México, donde fue fuertemente increpada, sólo para despotricar en contra de los hermanos Castro y todo lo que se hace en la isla.

                La joven fue nombrada vicepresidenta de la Sociedad Interamericana de Prensa, por méritos muy oscuros, porque a nadie le parece nada sensato que una persona haga juicios de valor sobre un país sin tener elementos teóricos ni menos científicos, para fijar su postura. Contrariamente, sobre Estados Unidos, el mayor violador de derechos humanos en el mundo, sale bien librado cada que Yoani toma un micrófono.

                El asunto se torna espinoso porque Yoani es parte de una trama muy parecida a la del terrorista confeso Luis Posada Carriles, quien hiciera estallar un avión de Cubana de Aviación pero no recibió ningún repruebo de la Casa Blanca como tampoco muchos otros que bajo las órdenes de la CIA han sido parte de su nómina trabajando por la causa norteamericana como lo hace una oscura organización radicada en Miami, ahí donde las Damas de Blanco, hacían proselitismo.

                No es de dudarse que también Yoani Sánchez esté, como estuvo en su momento Bin Laden y Sadamm Husein, bajo las órdenes de Washington y sirva para desacreditar todo lo que se hace en la isla, porque eso sí, Yoani, es recibida por los gobernantes de aquel país con bombo y platillo y sus encuentros son publicitados por la prensa, privilegios de los que no goza ningún otro mortal o alguien que sea un férreo opositor al capitalismo.

                Tomemos por ejemplo al escritor y erudito estadounidense Noam Chomsky, quien tradicionalmente ha señalado e investigado todos los excesos de la democracia gringa y quien pese a una trayectoria académica envidiable, que tal vez ningún otro ciudadano de allá tenga, no es ni siquiera mencionado por los gobernantes y menos, recibido y atendido de manera tan peculiar como la tal Yoani.

                Uno de los postulados de la guerra fría era precisamente la política del “mal ejemplo”, que decían, debía evitarse entre los países comunistas, por lo que Cuba no ha dejado de ser un objetivo político que le quema las manos a Estados Unidos por desbaratar, pues sabe que ante el fracaso de la economía de mercado, es natural que las naciones volteen a ver lo que se hace en Cuba desde hace años con poco, demostrando lo que postula la economía; una correcta administración de los escasos recursos que posee, no por gusto propio, sino por una dolosa intervención externa.

               

Cuentas claras: La crisis humanitaria que ahora reconoce la PGR en México a causa de los altos índices criminales es un problema que se viene repitiendo desde hace por lo menos un lustro. Porque no es nueva la existencia de más de 25 mil desplazados, 27 mil desaparecidos y cerca de 90 mil muertos junto al claro debilitamiento de las instituciones encargadas de vigilar y procurar justicia. La observación de Ricardo García Cervantes, subprocurador de Derechos Humanos de esa dependencia, adquiere sentido en cuanto a lo que no se ha hecho, sobre todo en omisión, para buscar una solución inmediata a un problema que ha alcanzado al nuevo gobierno, que como el anterior, no sabe hacer otra cosa que combatir el problema con soluciones políticas – policiacas de escasa efectividad.

 

* Periodista, investigador y economista