EDITORIAL

15 DE NOVIEMBRE 2012

Cuando un líder no tiene en su ánimo hacer las cosas bien, todo sale mal, cuando un dirigente cree que es líder y sólo es cabeza de un partido político, y actúa como burócrata, con el complejo de protagonismo incesante en lugar de que lo siga la gente, lo rechaza; para ser líder no sólo hay que tener un nombramiento, sino que hay que parecer, hasta en el modo de caminar, demostrarlo; el PRI en Hidalgo ha pasado por diferentes manos, este partido en la entidad ha tenido de todo, Presidentes de partido burócratas y líderes oscuros y rebasados; hoy dirige este instituto político un joven que espera entregar buenas cuentas, para ello dice esforzarse diariamente, su dinámica así lo demuestra, la personalidad del dirigente es la de un hombre que quiere llegar al centro del grueso de la sociedad, de esa gente que cree poco en los partidos políticos, por el despilfarro que hacen de los recursos en tiempos electorales, pero sobre todo, porque existen algunos partidos que sólo usan las participaciones en gastos personales. Ser hoy un líder no es sencillo, la gente es más exigente y está más atenta de las actitudes de los políticos, con desagrado se han dado cuenta que sólo son usados por grupos que cuando ya logran su objetivo de llegar al cargo, olvidan las raíces y los compromisos contraídos con la ciudadanía; el reto para Crespo es un hueso muy duro de roer, pero él se autonombra como un hombre sencillo y con muchas ganas de transformar su instituto político, pero sobre todo, romper con el esquema que alguna vez le crearan hombres de la talla de Omar Fayad, que en lugar de integrar a su militancia la dividió, y las consecuencias las tienen que pagar hombres como el hoy dirigente, ojalá que el diario actuar de Crespo le den la consistencia que tanto anhelan los priístas hidalguenses...