LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Desde el nacimiento del estado moderno constitucional, se ha intentado conceptualizar una Constitución, y como en casi todos los conceptos, puede definirse desde varios puntos de vista, y una Constitución tiene relevancia jurídica, política, histórica, económica y social.

 

Desde el punto de vista jurídico, suministra la forma en cómo deben integrarse las normas secundarias, en la teoría pura del derecho de Hans Kelsen, la Constitución tiene una doble concepción piramidal, es una dualidad puesto que por una parte es el basamento donde descansa el resto de las normas, todas deben ajustarse a sus principios y desarrollarlos en lo orgánico en concordancia y concebirse a su vez en la cúspide sobre la que no existe ley suprema, aunque dicho sea de paso, en la actualidad se le han equiparado los tratados internacionales pero es motivo de otro artículo.

 

Para cumplir de la mejor forma sus cometidos, en teoría, un texto Constitucional debe ser breve, de modo que se deje al legislador ordinario la capacidad de interpretar y orientar las decisiones parlamentarias. Por el contrario, las Constituciones largas muchas veces añaden a su texto cuestiones superficiales, subjetivas o innecesarias que lejos de simplificar la interpretación la tornan más compleja y ambivalente.

 

Desde un punto de vista político, la Constitución refleja la legitimidad del sistema en el que se inserta. La legitimidad de una Constitución, y por ende del ejercicio de la política que se haga a partir de ella, proviene tanto de su órgano de creación como de sus contenidos.

 

El texto de la Constitución no es un discurso dirigido solamente al poder sino al pueblo en general, señala no solamente los límites a los órganos del Estado, sino también la forma en que sus habitantes deben relacionarse entre ellos.

 

Pero su éxito depende de que su contenido sea compartido y conocido socialmente. Y en esto tiene una gran responsabilidad la cultura jurídica, que no debe ser monopolio exclusivo de los especialistas, sino objeto de conocimiento y debate por parte de todos los sectores de la sociedad, a través del análisis y críticas constructivas, de otra manera quedará como simple recurso estilístico y retórico de la clase política o servirá solamente para dar seminarios y conferencias. Una Constitución debe tomar vida a partir del uso que de ella hagan todos los sectores involucrados, utilizándola como argumento en discusiones jurídicas, políticas, sociales y hasta económicas. Las Constituciones deben estar no sólo regulando sino solucionando de forma permanente los conflictos sociales.

 

Para que lo anterior sea posible es necesario, conocer y tomar en serio el texto de la Constitución pues el desinterés provocado por el hartazgo de la demagogia no ayuda en nada a su defensa, si dejamos en manos del poder la exclusiva definición de los términos constitucionales estaremos expuestos a cualquier clase de abusos.

 

No es que debamos ser abogados constitucionalistas todos los mexicanos, este es una rama especializada de la ciencia del derecho, lo que sostengo es que debemos conocer por nosotros mismos el texto de nuestras leyes, porque de lo contrario no se cumple el fin que es la autodeterminación de un pueblo, pues sólo unos cuantos conocerán la norma suprema, no así el resto y la gran mayoría de nuestros connacionales, de eso dependerá el éxito de los visionarios caídos en aras de un Estado Moderno y que en su momento diseñaron la Constitución, de lo contrario no habremos cumplido con la parte que nos corresponde de cuando menos conocer nuestra Ley Suprema.

 

Fulcanelli.

 

fulcanelli_escritor@hotmail.com