EDITORIAL

21 DE FEBRERO DEL 2013

La administración pública es una ciencia, y no cualquier “hijo de vecino” puede interpretar su contenido, y eso es lo que lamentablemente está sucediendo en muchas administraciones municipales, específicamente en Tulancingo, donde con el afán de captar mayores recursos han perdido la forma y el fondo en este rubro; aquí las cosas se están haciendo al “ahí se va”, no están midiendo las consecuencias de lo actuado, están violando la ley sin ningún recato, y lo peor de esto es que están perjudicando a las familias que durante muchos años han obtenido su ingreso en sus “changarros”, de estos ingresos le han dado educación a sus hijos y han vivido con cierta holgura, y hoy resulta que este joven alcalde Julio Soto, en su afán de obtener más recursos para financiar sus intereses particulares y personales, está sacrificando la estabilidad de cientos de familias que no están dispuestos a cubrir pagos que ellos han realizado durante muchos años de acuerdo a sus posibilidades, por ello sirva este llamado a la actual administración panista y corrija a tiempo antes de que las aguas rebasen los caudales de la tolerancia…