EDITORIAL
10 DE MARZO DEL 2016
En Hidalgo el PRI tiene más de ochenta años en el poder, es un partido viejo que se renueva día con día, a veces no con la calidad de su militancia como muchos quisieran, pero siempre está fortaleciendo sus filas con sangre nueva y no tan nueva; en este proceso que está por vivirse en la entidad en que la renovación va de manera total, este partido debe medir muy bien sus cuadros ya que donde se llegue a equivocar en uno de los municipios electoralmente fuertes, pondría en riesgo el triunfo de su abanderado a la gubernatura, el PRI no debe olvidar que las competencias políticas se ganan con votos y estos se obtienen con buenos candidatos, y hoy al parecer no están todos los que deben estar y eso va a provocar que el desajuste se refleje en el resultado del 5 de junio; Omar Fayad tienen una carga muy pesada y al final él como líder deberá resolver las deficiencias que su partido va teniendo en el camino de las nominaciones a los cargos de mayor fuerza, las presidencias municipales; la oposición observa y los que ayer eran “pequeños” hoy se han vuelto “gigantes” y los “enanos no crecieron...”