EDITORIAL
12 DE MARZO DEL 2015
Los hombres se caracterizan por la fuerza de su palabra, pero de una fuerza real, de respeto, no de la mentira y la intimidación; los políticos que no saben conciliar son todo menos, políticos que se aferran a los caprichos y traumas de su corazón, no viven en paz, se conducen con la mentira, la soberbia, esos triunfan a medias, porque en su ánimo muy personal no existe armonía; el poder llega, pero cuando ejercen lo hacen con venganza y odio, no saben que el poder es una herramienta para conquistar amigos y no para perderlos; la fe en lo divino lo usan solo para aparentar ante los demás que son gente creyente, porque cuando se trata de amar al prójimo hacen todo lo contrario, destruyen sin misericordia y sin medirse, lastiman y perjudican, ese es el perfil de un abanderado a un cargo de elección popular, ¿su nombre?…