¡JULIO SOTO ME CORRIÓ...!

04 DE OCTUBRE 2012

Adrian Beltrán, ex trabajador de la Presidencia Municipal
Adrian Beltrán, ex trabajador de la Presidencia Municipal

Adrian Beltrán Escamilla, es el nombre de este hombre que usted ve en la foto; un ser humano que el destino lo señaló para toda su vida; desgaste del fémur y poliomielitis desde sus primeros años de vida; Adrian, hidalguense de nacimiento, formó parte de la administración pasada, lo mandaron a los polígonos a realizar trabajos administrativos, “yo me siento fuerte y capaz de realizar cualquier actividad, de acuerdo a mis posibilidades”, nos dice Beltrán Escamilla; con el gobierno priísta, partido al cual pertenezco desde hace ya muchos años, me rolaron en diferentes actividades, estuve en bibliotecas y en polígonos, al final me ubicaron en los elevadores de la nueva Presidencia Municipal de Tulancingo, donde permanecí los dos últimos años del gobierno pasado; al ganar el PAN la alcaldía con Julio Soto Márquez, pensé que mi trabajo estaba garantizado por mi condición, pues el desempeño que siempre demostré fue de eficiencia y lealtad a la administración, sin tomar en cuenta los colores que representan los ganadores en las jornadas electorales; así trabaje durante los primeros meses del gobierno panista, ajustándome a las indicaciones que me daba mi nuevo jefe, “Memo” el encargado del área donde me desempeñaba; un día, la Licenciada Dora María, la encargada del personal, llegó a “pegar” una cartulina donde decía, que “los elevadores sólo les iba a dar servicios a mujeres embarazadas, adultos mayores y gente con capacidades diferentes (minusválidos)”, ante esa disposición acate de manera estricta la orden, un día subieron al elevador unos regidores panistas y les comente de las indicaciones que estaban por escritas a un lado del elevador, la respuesta fue tajante “ya le vamos a decir a Julio”, ¡por lo pronto, súbenos al segundo piso!, ordenaron, indicación que atendí con respeto para ellos y cualquier persona; pasaron unos días y la encargada de personal me mandó a buscar de inmediato, me presente y me dijo “por órdenes del Presidente Julio Soto deja usted de prestar sus servicios a la Presidencia Municipal”, al preguntar ¿Por qué?, sólo me respondió la funcionaria, “son ordenes del Presidente”; enseguida vino un Licenciado y me dijo que me iban a liquidar y me hizo una propuesta, la cual no acepté, al día siguiente llegó una Licenciada, subió su propuesta y decidí aceptar la oferta de liquidación; soy un padre de familia que tengo obligaciones, y Julio Soto por escuchar chismes me corre de mi trabajo, un trabajo que desempeñaba con el mayor de mis ánimos, pues no quería ocasionar pretexto alguno para que me despidieran; hoy con tristeza soy un desempleado más por las intrigas de estos regidores panistas y la inmadurez de un Presidente que piensa que el poder que hoy le dio el pueblo es para siempre, pero sobre todo, fui despedido por un joven que tiene poca humildad y su soberbia lo ha cegado, al grado que se siente “omnipotente”; Julio Soto tiene una profesión como es la arquitectura, que tiene como fundamento principal construir y no destruir, hoy Julio Soto está obstinado en destruir todo lo que esté a su lado, y de manera arbitraria se deja manipular por gente sin escrúpulos y vanidosa; por eso yo desde este medio informativo y dando la cara y nombre le digo a Julio Soto, que me ha hecho un daño enorme, y lo peor es que la encargada de personal me pasó su mensaje, cuando yo le pedí por favor que considerara mi despido, “DICE EL PRESIDENTE QUE NO PUEDE AYUDARLO, SI QUIERE TRABAJO LO PUEDE MANDAR AL RASTRO A LA MATANZA, O AL CUARTEL A CORRETEAR DELINCUENTES”, mensaje que yo en lo personal tomo como una afrenta y ofensa de parte del ciudadano Presidente Municipal Julio Soto, y pido a dios que él nunca pase por una situación semejante a la que yo estoy viviendo, y mucho menos deseo que su familia viva en el calvario en que yo vivo desde mis dos años de vida... Esto es lo que nos dijo Adrian Beltrán, y sólo callamos, y lo dejamos ir perdiéndose entre la gente que caminaba en el jardín del centro de Tulancingo, con sus ojos llenos de lágrimas por el sufrimiento que está viviendo en estos momentos que no tiene un trabajo para solventar los gastos de su hijo y su familia...