EDITORIAL

11 DE JUNIO 2012

Si bien es cierto que los nuevos tiempos han dado una nueva forma de conducirse a los adolecentes, también es importante que los valores y principios se conserven, si no al cien por ciento de la tradición, se debería tener como base de la conducta humana una mezcla entre lo actual y lo tradicional, pues al parecer nuestros jóvenes a nivel Secundaria deberían tener una educación más abierta, pero sólida en las relaciones familiares, pues estas son las que le van a dar “seguridad” en su caminar en la vida; lo que se puede notar en todo lo sucedido en las últimas semanas en centros escolares es producto de la dinámica social que se vive en nuestro país en los últimos tiempos, donde los profesores se han visto inmiscuidos en conflictos con padres de familia por la “indiscreción”, dicen algunos, lo cual a veces es conveniente, pero de igual forma los mentores deberían poner más atención a los problemas internos para que estos no rebasen las “cercas” escolares, provocando con ello el desprestigio de las escuelas que gozan de buena reputación y la ventilación de asuntos entre profesores y alumnos ante la opinión pública, porque esto sucede cuando no se le da la importancia debida a las acciones, que por la misma modernidad tecnológica ha rebasado a los planteles escolares; es muy lamentable que un maestro de nivel secundaria no haya medido las consecuencias de poner en práctica métodos de reproducción con la participación activa de los alumnos, y haya permitido la “masturbación”, que aunque dice, “su plan de estudios ayuda al desarrollo del cuerpo humano a los jóvenes”, la educación en sus hogares sobre estos asuntos, todavía es muy conservadora, por lo que la experiencia de este profesor se vio insuficiente para el manejo de un asunto tan delicado en el ambiente social en que se desenvuelven estos jóvenes, pues en algunas familias son “tabús” que poco a poco se deberá de ir venciendo, pero de manera gradual; el profesor da sus argumentos y las madres de familia defienden las suyas, lo que viene a demostrar que la tolerancia se debe imponer en ambas partes, pues la exageración de uno de ellos puede provocar un conflicto mayor; el maestro debe ser sancionado, pero las madres deben respetar la autonomía de cada docente, ¡los tiempos ya cambiaron y nuestros jóvenes también!, lo que obliga a que los padres y maestros se coordinen más para dar a los jóvenes de segundo nivel educativo más apoyo en su formación, por el bien de todos, empezando por el de cada uno de ellos...