GASTO SOCIAL

Elecciones, el poder de las redes sociales

 

La batalla que se libra en la cúpula de los partidos políticos no se parece ni de cerca a aquella que libran los simpatizantes y seguidores de éstos en otros terrenos, como las redes sociales, que han terminado por desplazar a los foros públicos y otros medios de discusión de ideas, que tradicionalmente había postulado el sistema de partidos.

Descarnada, libre y sobre todo sin tapujos, las redes sociales han tomado por asalto, también a los medios de comunicación, que comienzan a darle importancia, ya no sólo en términos mercadotécnicos, sino sociales y desde luego políticos, sobre todo a la luz de una elección que se postula como la de las más concurridas de los últimos años.

Por esta creciente presencia de los cibernautas, es que hasta los partidos políticos han terminado por destinar una amplia importancia, viendo esencialmente el involucramiento de los jóvenes, que, como usuarios de las nuevas tecnologías, pueden ser la inequívoca referencia para apuntalar el triunfo de algunos de los cuatro presidenciales a Los Pinos.

Con un universo de 31 millones de jóvenes en edad de votar, las redes sociales, son el mar en el que se mueven como peces, usando este espacio para decir verdades, que desde los pronunciamientos de La Ibero, se han cristalizado en abiertas convocatorias para marchar en contra o a favor de tal o cual aspirante.

Facebook, Twitter y You tube son la novedad, a tal grado, que sus contenidos comienzan a equipararse con lo que publican los grandes medios de comunicación, contrarrestan inmediatamente versiones oficialistas, y hasta son un arma de manifestación tan poderosa que se han erigido como jueces de una sociedad cambiante.

Las redes sociales, en su corta existencia, de no más de tres lustros, han llevado al éxito a artistas y sobre todo a auténticos desconocidos, han derribado mitos, postulado muchas tesis y están a punto de demostrar que son igualmente capaces de mover la opinión pública para poner políticos y hacer valer su presencia en la conducción del país.

Para el 1 de julio de este año, cuando se elijan a Diputados Federales, Senadores y Presidente de la República, amagan con hacer la diferencia al sumarse, principalmente, con los candidatos punteros, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, dejando en claro que el panismo trasnochado de Josefina Vázquez Mota no es interesante.

Ya los partidos no subestiman el poder de las redes y destinan recursos para su cooptación y convencimiento, en cuyo caso, el pago de ciberactivistas es sólo una muestra más de su creciente presencia, y de que está en ellos el poder, de ahí que ya sean considerados como objetivos de la oferta política.

Quien ingresa, por ejemplo, a You Tube, podrá ver algún cintillo de los candidatos antes de ver sus videos y tal publicidad parece que pronto ingresará también a Twitter y Facebook, como ya lo hace en Hotmail y otros portales, antes exentos de ella. A la vista se encuentra una transformación en las redes en materia de publicidad que le reportará grandes dividendos a las empresas y desde luego, a los partidos.

Los primeros efectos desastrosos de las redes son el voto que ya existe sobre la aspirante panista, las movilizaciones en contra de Peña Nieto y los fieros defensores y detractores de AMLO, así como un puñado de jóvenes que repudian a Gabriel Quadri de la Torre, que sobra decir, mantiene su escaso capital en el voto duro magisterial.

El 2012 fue la consolidación de la política en las redes que con el despertar de los jóvenes han logrado cambiar la imagen del internet, visto de principio, sólo como una gran biblioteca estudiantil y de recreación.

El apasionamiento, este involucramiento extremo en la política es un buen indicio de que los jóvenes, aquellos desdeñados en las políticas públicas y carne de cañón en los discursos, han asumido un rol diferente, ya no son más pasivos y ahora, ellos solos, sin gerontocracia y los enquistados y los retrógrados grupos del poder, pueden determinar el futuro del país.

 

César Peña

 

cesarpesa@hotmail.com

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