EDITORIAL

POR: J. ZAMACONA

05 DE FEBRERO 2015

La corrupción daña a los hombres. El robar el dinero del pueblo lastima a la sociedad,  envilece a quienes lo hacen. La corrupción es un cáncer que mata la credibilidad en los políticos. La corrupción no es una cultura, como algunos dicen, es un veneno que gota a gota  destruye la confianza de la gente hacia los hombres de poder. “Si no tranzas no avanzas”, dicen algunos cínicos que ejercen el poder. Qué ejemplo le puedes dar a tus hijos si robas y matas la ilusión de todo un pueblo.  Qué triste es ver a hombres y mujeres que hablan y critican a otros, cuando ellos mismos actúan de manera semejante. Peña Nieto, levantó la voz, golpeo la mesa y dijo basta de tantas anomalías de hombres y mujeres que abusan del encargo público para enriquecerse, solo que deberá empezar con muchos que hay a su alrededor y tienen muy mala fama pública. México está cambiando, pero no porque el actual gobierno así lo desee o impulse, sino porque la fuerza de la gente  obliga a cambiar el esquema de pudrición de los tres niveles de gobierno  que rigen nuestro sistema político, alcaldes que entran pobres y salen millonarios y nadie hace ni dice nada, gobernadores que abusan de su poder para asegurar su futuro y el de su familia,  presidentes de la república que la sociedad ha juzgado  con firmeza. Peña Nieto, ya dio el primer paso, ahora hay que apoyarlo para acabar con el cáncer de la corrupción.