LA EDUCACIÓN PÚBLICA. ENTRE EL SINDICALISMO Y EL ORDEN PÚBLICO

26 DE ABRIL DEL 2012

Existe un principio filosófico universal que versa sobre una ley de causa y efecto, a toda acción corresponde una reacción, de tal forma que una situación cambia en proporción directa al cambio que sufre en su causa primera.

Es fácil confundirse entre las causas y los efectos, porque éstos últimos son lo evidente de un fenómeno, mientras que las causas a veces están ocultas o se difuminan ante la impresión de los efectos, así por ejemplo, para abatir al fuego, no basta, ni es lo idóneo atacar las flamas sino el material combustible o el calor, la flama sólo es el producto de la ignición, así, si se atiende a la causa cesan los efectos; este principio al ser universal es aplicable a una gran variedad de fenómenos físicos, químicos y hasta sociales.

Todo esto viene a colación, porque a raíz de la negativa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación a someterse a una prueba de evaluación universal bajo el argumento de que no les han explicado el mecanismo ni las consecuencias de los resultados, vemos los efectos de un sindicalismo mal entendido y que afecta directamente una garantía individual, que reconoce a su vez el derecho fundamental de acceder a la educación que es una cuestión de orden público, es decir atenta en contra del artículo tercero de la Constitución.

Por un lado acusan a la líder magisterial, quien además incursiona con su partido político Alianza Nacional en contiendas electorales, que en cada ronda parece crecer como una bola de nieve y ser un obstáculo para el engrandecimiento, profesionalización y monitoreo de los profesores.

No somos adeptos de su partido ni de ningún otro, pero toda esa serie de acusaciones que le hacen autoridades, y los propios candidatos a Presidente a la líder sindical sólo pretenden atacar los efectos, pero no atienden a las causas, no sabemos si es un proceder deliberado para no atacar puntos sensibles o que verdaderamente no tengan conciencia de que sus pretendidos señalamientos no hacen sino avivar ese fuego.

La cuestión es la siguiente: la Profesora Gordillo es ante todo un líder sindical y como tal, está en aptitud y además ante el imperativo de velar por los intereses de sus agremiados, está obligada a hacer frente a señalamientos en aras de tutelar los derechos colectivos que representa, personalmente no estamos de acuerdo en su negativa, ni la aprobamos, respaldamos, ni alabamos, simplemente tratamos de aislar los elementos de este fenómeno para entenderlo.

Precisado esto, diremos que la causa de este cisma para la educación no es la actuación de una poderosa líder sindical, líder de un partido y actor político de gran influencia y no se diga lo económico; este es sólo el efecto, es la parte visible de una ignición (valga la analogía) la verdadera causa de este profundo bache para el avance de la educación en México, es el sindicalismo.

Es preciso una revisión profunda y analítica, contemporánea y verdaderamente científica del sindicalismo en México, esa es la verdadera causa; la existencia del SNTE, como tal no podrá ser atacada con señalamientos por más ácidos y fundados que sean, si no se atiende a la verdadera causa del fenómeno, que es, como ya dijimos, el moderno sindicalismo.

Los sindicatos surgieron originalmente como un instrumento de equilibrio, de poder, a raíz de la revolución industrial, aumentó exponencialmente tanto la población como la demanda de mano de obra en los procesos de manufactura y producción agrícola e industrial; el patrón (sea una persona o un grupo de ellas) eran dueños del capital fijo, circulante y tecnología para hacer funcionar una industria, el trabajador en muchos casos sólo podía vender su fuerza de trabajo, y su descendencia tenía prácticamente el mismo destino (la famosa prole, aquí sí en estricto sentido) por lo que los abusos del patrón no eran infrecuentes, el trabajador con razón o sin ella podía quedar sin trabajo y abandonado a su suerte, para defender las causas de los trabajadores surgió la necesidad de agruparse y defender las causas e intereses comunes a través de un sindicato de trabajadores, la unión hace la fuerza reza el dicho popular.

Sin embargo, los efectos a largo plazo convirtieron ese buena idea en un aparato poderoso en contra del patrón; lo que originalmente surgió como un instrumento de equilibrio llegó a pesar tanto o más que el poder del patrón y en ocasiones llega a doblegarlo y hasta destruirlo, tal es el caso en Hidalgo de las empresas que en algún momento tuvieron periodos de gloria en Ciudad Sahagún, tanto, que hasta en los libros de historia y civismo de hace algunos años figuraba como un centro de producción que formaba parte del motor industrial del país (aunque de hecho sólo era manufactura pues el capital e ingeniería eran extranjeras), el caso es que los inversionistas el verse cada vez más acosados por los sindicatos optaron por llevarse su industria a ambientes menos voraces, en Ciudad Sahagún es común escuchar a ex-trabajadores reconocer que mataron a la “gallina de los huevos de oro” con tantas y tantas exigencias sindicales; otro ejemplo son los sindicatos de Mexicana de Aviación, el de Mineros y el tristemente célebre SME, entre otros muchos otros casos.

En el caso de la Profesora Gordillo y el “sindicato-partido político” que preside, el afectado no es un patrón que pueda prescindir de sus servicios liquidando a sus empleados, apostando por un mejor futuro en otro lugar llevándose su industria, sino el pueblo de México, quien no puede ver cristalizados los ideales del artículo 3° Constitucional en relación a la Educación, que es un derecho fundamental y una cuestión de orden público, este artículo determina que la educación que imparta el Estado tenderá a desarrollar armónicamente, todas las facultades del ser humano y fomentará en él, el amor a la Patria, el respeto a los derechos humanos y la conciencia de la solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia, que además será laica, gratuita, basada en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios, será democrática y nacional, fomentará el aprecio para la dignidad de la persona y la integridad de la familia, la convicción del interés general de la sociedad, cuanto por el cuidado que ponga en sustentar los ideales de fraternidad e igualdad de derechos de todos los hombres; en fin, tantos principios loables reconocidos en la Constitución y todo por su negativa a someter a los maestros a una evaluación, tal parece que conoce de antemano sus debilidades, pero como decíamos, la negativa unilateral del sindicato no es la causa sino el efecto de un sindicalismo radical que amerita ser revisado a conciencia pues se han desvirtuado los principios que le dieron origen, es decir, atender a la causa primigenia, porque de lo contrario, los señalamientos en contra de dicha determinación sólo buscan paliar los efectos pero no atienden a las causas.

 

FulcanellI

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