EDITORIAL

09 DE MAYO DEL 2013

Hidalgo es una de las catorce entidades donde habrá elecciones el próximo 7 de julio, de ahí será hasta el 2015 cuando se elijan a los próximos diputados federales, dos años casi de veda electoral y de la gran oportunidad que tendrán aquellos que aspiren a este encargo para sembrar sus aspiraciones; por lo pronto dentro de unos días la carrera hacia una curul comenzará, y los hombres y mujeres que compitan deberán estar preparados para la jornada electoral que se avecina, pero ¿lo están? ¡No todos!, muchos de ellos son improvisados, otros son soberbios y los más son arrogantes, y esto va para todos los abanderados de todos los partidos cuando debería ser lo contrario, pues se entienden que son gente formada en la palestra política y deben saber con exactitud cuál es su oficio y las ventajas y desventajas que ello signifique; como en muchas entidades, los partidos mandaran a sus mejores cartas, y aunque no todos van a salir triunfantes, todos se esmerarán en hacerlo; ¿hasta dónde va a ser una competencia real? Y no un mero juego de poder donde las cosas se arreglan desde la mesa, y algunos partidos ceden sus espacios a candidatos “flan” por tal de recibir prebendas del gobierno, cediendo con ello un derecho de competir con sus mejores hombres y mujeres otorgando con esta sumisión “ganes” asegurados para abanderados que, de competir con los mejores cuadros de los demás partidos políticos no obtendrían ni la mínima parte de los sufragios; en Hidalgo existen varios ejemplos de estos, donde la llegada del “preferido” tendrá la oportunidad de obtener una curul sin tanto esfuerzo, triunfará el elegido, pero este triunfo tendrá sabor a hiel, amargo, porque el “preferido” no poseerá cualidades que le permitan avanzar hacia una carrera exitosa en este oficio, y será solo flor de un día con una frustración que llevará acuesta toda su vida…