¡SI NO CUMPLE, QUE SE VAYA!

27 DE SEPTIEMBRE DEL 2012

En tanto no exista una Ley de Responsabilidad Política que obligue a los políticos incompetentes (como JULIO SOTO) a cumplir sus promesas, y se creen mecanismos de remoción de los mismos; la traición al pueblo seguirá siendo el tónico habitual de cualquier partido político que esté en el poder.

Desde la época de la extensión del sufragio universal, se pensó que existía un solo acto entre la elección y la conclusión del mandato de los representantes del pueblo, pero a medida que ha transcurrido el tiempo se ha visto claramente que existe un primer acto mediante el cual muchos eligen a un candidato y un segundo acto en el que estos, los candidatos, traicionan a los muchos. Ya ese mal se incuba en los pasillos reducidos a cúpulas de intereses separados de las necesidades del pueblo. En la máquina de ambiciones, los grandes intereses financian candidatos y dictan las políticas que éstos deberán seguir, todo esto evidencía una profunda crisis de gobernabilidad en un Tulancingo harto de tanta incompetencia.
Algunos de los medios luchamos para transformar la práctica de la representatividad dando la mayor importancia a la consulta popular, el plebiscito y la elección directa de los ineptos y rateros Regidores, toda Constitución o ley que se oponga a la capacidad plena del ciudadano de elegir y ser elegido, burla de raíz a la democracia real que está por encima de toda regulación jurídica; y si se trata de igualdad de oportunidades, los medios de difusión debemos ponernos al servicio de la población, no sólo en el período electoral en que los candidatos exponen sus propuestas, de igual forma reclamar si una vez estando en el poder funcionan o no.

Manifestamos el hecho de imponer leyes de responsabilidad política mediante las cuales todo aquel que no cumpla con lo prometido a sus electores se arriesgue al desafuero, la destitución o el juicio político, pues creemos en las palabras del “Niño Presidente”, cuando de su gran bocota salía “que si no funcionaba, él mismo renunciaría”, y que incluso provocó una enorme disputa cuando ORALIA VEGA dijo: “que ella no lo haría”. JULIO, ¿recuerdas esas palabras?, porque si hablamos de palabra… ¡Tú no tienes!, y si no preguntémosle a SILVIANO SÁNCHEZ, quien te llamó “perro mal agradecido”, al olvidar tus promesas hechas a él y a varios de tus caballeros de la mesa redonda.

JULIO SOTO al incumplir sus promesas electorales trata de explicar a los ciudadanos por qué lo hace. Esas justificaciones apelan a un cambio en las condiciones de la administración pasada, aquellas, que según él, no puede controlar. Los ciudadanos tenemos la capacidad para ver el grado en que esas excusas afectan su administración, pero la verdad es que ese pretexto ya está demasiado desgastado. Los electores que votaron por él perciben que su gobierno es el único responsable de la mala marcha en Seguridad Pública (o acaso querrá echarle la culpa como siempre lo hace últimamente, al Gobernador OLVERA).

¿JULIO SOTO no puede, no quiere o no sabe?

El “Niño Presidente” ganó las elecciones a base de lanzar promesas electorales que sabía que no podían cumplir, por ejemplo, que no utilizaría las nuevas instalaciones de la Presidencia Municipal porque allí crearía una nueva Universidad.
No sólo eso, sino que él mismo dijo: “si no sirvo como Presidente, RENUNCIARÉ a mi cargo”.
Una gran abundancia de promesas al menudeo fluyó de su boquita, como dice la sabiduría popular, “de prometer nadie se queda pobre”; ese dicho tan elocuente y a la vez tan socarrón parece ser que fue una de las consignas favoritas del “Niño Presidente” porque “su motivo era Tulancingo”, ahora vemos que sólo buscaba el favor de la ciudadanía para su beneficio personal.

Ahora ha aprendido que la competencia democrática, tras ser un ejercicio constante de aspiraciones y de realizaciones se transformará, tarde que temprano en acciones, no en palabras ni en pretextos y justificaciones de su impotencia, ineptitud y falta de capacidad. Es importante destacar que este hecho lo ha posicionado en uno de los peores Presidentes de Tulancingo, porque tomó un cargo con una responsabilidad que no ha podido asumir. Esa oportunidad para hacer valer los intereses de la ciudadanía que tanto pregonó, pero que lástima, por su parte esa responsabilidad que solicitó la representación ciudadana no fue realmente seria y verdadera. Afortunadamente, la ciudadanía va ganando conciencia de que el poder de elegir está en sus manos, que no sólo es salir a votar, sino votar realmente por la mejor opción, que ejercerlo es mucho más que marcar en una papeleta.

Promesas van, promesas vienen, pero lo verdaderamente importante son las posibilidades de cumplimiento, aquí hay que traer a cuento dos factores determinantes: el compromiso de quien hiso las promesas y el realismo de las mismas. Estamos, pues, ante dos conceptos claves, no sólo en la política, sino en la vida: compromiso y realismo. Ambos han venido siendo desvirtuados en el rudimentario ejercicio democrático que vivimos en Tulancingo. En vez de compromiso ha prevalecido la ineptitud; y la retórica irresponsable que ha querido sustituir al realismo posibilitador del progreso. Pero fíjese amigo lector, que peguntando a gente cercana al “Niño Presidente”, comentábamos ¿Qué será eso que realmente no le deja hacer bien las cosas…? Y después de mucho analizar, llegamos a la conclusión que su más importante asesor político, nomas no da una. Usted se preguntará ¿Y quién es ese?, pues su Sr. padre, PEDRO SOTO, que lo mismo le dio defraudar a campesinos que amedrentar a los votantes en plena elección, en la contienda contra JORGE MÁRQUEZ, en la casilla frente a la casa de este, con pistola en mano, amedrentaba desde su camioneta a los votantes; y que gracias a los perredistas de aquel entonces lo hicieron caer en razón de alejarse de allí y dejar su arma en su casa.

Pese a todos los incidentes, podemos caer en cuenta que su Sr. padre es uno de sus principales asesores y “mandamás” de Presidencia; y si no, analicemos cuanta gente impuso al “Niño Presidente” en su administración, y gente que no tenía, ni tiene un gramo de capacidad, compromiso y experiencia. Le recordamos a padre e hijo que no es con simples palabras que un Municipio puede salir adelante, sino con planteamientos que correspondan a lo que está pasando en el día a día de nuestra bella ciudad.

El exceso creciente de violencia e inseguridad del actual Gobierno, está en vías de desquiciar a la ciudadanía en su conjunto, pero su gobierno de papel difícilmente podrá sacarnos adelante sin figuras con la capacidad y preparación necesaria para hacerle frente a esta ola de violencia, y más si tenemos policías que hace apenas unos meses se dedicaban a robar autos, casas habitación y un sinfín de fechorías, JULIO, haz tu tarea y ponte a revisar expediente por expediente, ¿o quieres ayuda?, tu sólo pídela.

Si no puede controlar a sus policías, menos podrá controlar a los delincuentes, no puede mejorar la vigilancia ¿El camino ha sido el correcto? … Estamos peor que antes, cuando creíamos que la alternancia política sería una solución, solución que se quedó corta y simplemente no se pudo. ¿Acaso será necesaria la llegada de las fuerzas armadas? Porque el “Niño Presidente no puede controlar a la policía, cuando el punto central es poder controlar a los delincuentes; van a llegar los soldados a Tulancingo a realizar el trabajo del papá del Regidor priísta JULIO CÉSAR, ¿JULIO SOTO nos está conduciendo por el sendero que Tulancingo Necesita?

No controla lo que pasa con sus funcionarios, porque no ha querido, entonces que nos diga cómo piensa controlar lo que pase fuera de su Presidencia de papel. Claro ejemplo lo vemos al haber realizado su desinforme con sólo 200 personas que no lo cuestionan, ¿el “Niño Presidente” gobierna solamente para esas 200 personas? Si no puede controlar nada, ¿dónde queda el cumplimiento de su función al cargo que tiene?

Sus defensores nos amenazan, nos amedrentan y yo les hago una simple pregunta: Si no poder resguardar y defender los sagrados hogares de  la ciudadanía, así como su patrimonio, no es un fracaso… Entonces que digan y se lo digan a los ciudadanos, ¿qué es un fracaso?

¿Por qué no antes de iniciar un ataque frontal con los delincuente limpia el departamento de Seguridad Pública?, pues mientras no esté clara la frontera entre el crimen y la policía todo lo que se haga, va a fracasar.

La historia es la maestra de la multitud

Estamos viviendo en Tulancingo un suicidio político del “Niño SOTO”, un espectáculo lamentable, créame amigo lector, que lo peor que le puede pasar a un político, es hacer el ridículo, y JULIO SOTO tiene un circo de tres pistas. Y de repente abandona el terreno de la carpa para trasladarse al Delfinario de lo absurdo, para así justificar su incapacidad. Y todo ante los ojos de los tulancinguenses que día a día ruegan porque no se metan a robar en sus hogares, o que si dejan estacionado su vehículo ¡Dios lo cuide!, y volverlo a ver.

El poder no cambia, muestra a la gente como es, al “Niño Presidente” lo subieron a un banquito y se mareó.

No le pidamos peras al olmo, veamos la calidad del ser humano, JULIO SOTO arrancó su periodo con una lista negra donde clasificó a sus mejores colaboradores en “julistas” de primera y “julistas” de segunda; PEÑA dijo “que no tenía amigos” y JULIO respondió: “amigos no, pero familia sí”, eso yo lo cambiaría por cómplices.
Lo que JULIO prometió en campaña difícilmente lo respeta, por varias Razones, unas pueden ser de carácter externo, es decir, que el equipo político que diseñó una serie de propuestas no contemplaba las diversas situaciones que impedirían llevar acabo tales acciones, otra razón, y por la que me inclino más, puede ser la falta de conciencia y desconocimiento de lo que es el sector público. Entonces bajo el lema de “el prometer no empobrece, el dar es el que aniquila” se lanzó a dar un sin fin de recetas y promesas de las cuales no tenía ni la menor idea.

Un Presidente cobarde, fracasado y colérico

El sistema político tulancinguense es un complejo mecanismo de equilibrios entre grupos, que sólo pueden ser alcanzados mediante la conciliación de intereses y la garantía de que éstos van a ser respetados y bien pagados.
El “Niño Presidente” con la runfla de Regidores que le solapan todas sus tonterías son el principio y el fin, juez y parte, arbitro y concertador, fuerza y razón. No están lejos de la realidad decir que el poder del Presidente llega tan lejos como el Presidente quiere.
Acerca de él siempre ha habido entre los tulancinguenses una ambivalencia afectiva. Al Presidente se le respeta o se le detesta, algunos sabemos que una forma de cobrar venganza del poder Presidencial es hacer chistes sobre el Presidente en turno. A los Presidentes pasados se les ha calificado de feos, rateros, mujeriegos, mediocres, tontos, teiboleros, pero en ninguna ocasión alguien le había dicho a un Presidente en funciones en tan poco tiempo: cobarde, tonto, traidor, mal agradecido, hombrecito sin palabra ect.
El calificativo de “perro mal agradecido” le fue adjudicado al Presidente por el ex director de Mercados, al reclamar al Presidente su destitución: “Al llamarle cobarde perro mal agradecido, te has pasado de la raya. Pero podríamos discutirlo de frente y arreglar nuestras diferencias cuando quieras, en donde quieras y ante quien quieras”.
“Tirar la piedra y esconder la mano eso sí es cobardía. No tener valor para decir lo que se piensa y decirme en mi cara, mis errores, eso sí es cobardía. No ser congruente con lo que siempre conversamos y luchamos, eso sí es cobardía”;
además de cobarde, el Sr. SILVIANO SÁNCHEZ le dijo al Presidente perro mal agradecido. “Espera a que dejes el poder y entiendas que lo que más te ha perjudicado eres tú, tu carácter arrogante y soberbio al que le gana tu carácter visceral en cualquier momento”.
El proceso de construcción de la democracia debe tolerar la libertad de expresión y el derecho a la información. Hoy se dice públicamente lo que antes se decía de manera oculta, simulada o en espacios reservados pero a quienes develamos verdaderas noticias, nos llaman periodistas mediocres, ¿usted qué opina?