Para cuando la profesionalización del legislativo

 

“Saber más que los otros es fácil. Lo difícil es saber algo mejor que los otros.” Lucio A. Séneca

 

 

Tenemos en puerta elecciones para renovar el poder legislativo en nuestro estado. El cual es independiente solo en teoría, en la práctica se encuentra totalmente supeditado al ejecutivo.

A nivel federal es otra historia, tener una mayoría implica mucho pero mucho oficio político, pero quizás algún día se modifiquen y sienten las bases para un poder legislativo fuerte, autónomo y profesional.

La profesionalización del Poder Legislativo local debe sustentarse en la introducción de un verdadero servicio civil de carrera adscrito a las comisiones.

La disponibilidad de un apoyo legislativo profesional al interior del Congreso del Estado proporcionaría a los diputados locales de mejores herramientas para analizar temas de gran complejidad, que requiere el estado de su análisis e implementación para salir avante. Pero para ello se requiere de cierta especialización y experiencia; que nuestros legisladores locales no tienen.

Las iniciativas y proyectos de reforma provienen en su mayoría del ejecutivo y de estas, muchas son copia de legislaciones de otros estados.

Además la memoria legislativa es nula, prácticamente los nuevos diputados empiezan de cero. Lo cual le permite al ejecutivo orientarlos en sus funciones…

Es urgente la instalación de un servicio civil de carrera que apoye los trabajos del Congreso, así como el número, la forma y los criterios de contratación de los miembros de este órgano colegiado. Una decisión importante en este sentido la constituye también la creación de una instancia de la cual habría de depender este cuerpo de apoyo, buscando con ello además de la profesionalización, la neutralidad y autonomía.

El anecdotario de pifias legislativas en el estado está repleto, como cuando dos representantes de la ciudadanía propusieron, uno reglamentar las “cruzadas” y el otro “bajar el precio a las tortas en la central de camiones de Pachuca”.

Dar por un hecho que la mayoría de los integrantes no dan una, no hace justicia a quienes en su paso por el Congreso, de manera comprometida, profesional y con amor al estado, impulsaron reformas substanciales para la entidad. Pero son los menos y sobran dedos de una mano para enumerarlos.

El Poder Legislativo necesita reordenarse y de su reposicionamiento en la órbita del poder público debe ser un representante efectivo del interés ciudadano y contrapeso efectivo entre los poderes.

Los legisladores locales tristemente no hacen gran cosa por servir a su estado, meramente sirven para levantar la mano y aprobar las iniciativas que les mandan. Lo cual ya es una constante, por lo menos deberían profesionalizar el cuerpo técnico que les asiste, para hacer menos evidente la falta de conocimiento de los diversos temas que ahí se tratan.