FULCANELLI

19 DE JULIO 2012

LA CULTURA DE LA PAZ Y LA SOLUCIÓN DE CONFLICTOS

Ahora que se está buscando la forma de solucionar conflictos antes de que se conviertan indefectiblemente en un litigio judicial con todos los gastos económicos, de tiempo y esfuerzo que ello implica, se ha empezado a generar una nueva doctrina acerca de esta concepción pacífica de resolver las controversias; por este motivo, llegó a mis manos una obra denominada “RESOLUCIÓN NO VIOLENTA DE LOS CONFLICTOS. Guía metodológica”, de los autores Paco Gascón Soriano y Greta Papadimitriou Cámara; los comentarios a esta obra no pueden empezar sin hacer un señalamiento previo: considero una forma desafortunada de redactar esta y cualquier obra seria que se precie de serlo, usar distinciones de “los/las alumnos/as”, “los/as participantes”, “los y las maestros/as”, “lazarillos/as”, es una degradación del lenguaje escrito que ha permeado en todos los niveles de cultura y comunicación, el uso de esas distinciones se usan como una especie de consideración hacia el género femenino, pues consideran que el artículo “los” es exclusivamente masculino y que al insertar el artículo “las” se está incluyendo a las mujeres en el discurso, esto, como dijimos es un grave error y un retroceso lingüístico, pues lejos de considerar a las mujeres se les están diferenciando y separando estableciendo una competencia por la división cuando en principio se busca la igualdad de hombre y mujer; en fin, este vicio del lenguaje está permeando hasta en las leyes, además, dificulta la lectura y va sembrando en el inconsciente una especia de bache al pensar “las/los” para casi todo; la escritura como oficio, arte, comunicación y en general todo proceso de comunicación debería honrar la pulcritud y corrección, la evolución de la comunicación es un resultado directo de la evolución intelectual, moral y de virtud que sólo es dable a la dignidad humana.

Superando este defecto semántico y de sintaxis, otro punto esencial y que constituye el eje temático de toda la obra, es la “no violencia” en la resolución de un conflicto, y surge de la suposición de que toda actividad humana implica un conflicto y en eso se funda toda esta teoría de la “no violencia” y “provención”.

Este error nace de la concepción primigenia del conflicto, los autores lo separan del concepto de violencia, lo cual es acertado, pues efectivamente toda violencia supone un conflicto pero no todo conflicto implica violencia, el conflicto es la oposición de pretensiones encontradas entre sí y que no pueden subsistir ambas al mismo tiempo, eso es acertado; sin embargo, el error radica en analizar el conflicto desde la referencia de la prevención para llegar a una solución en apariencia más acabada que es la prevención.

Los autores consideran que la prevención se expresa en términos negativos, ya que busca evitarse, impedir el brote de tal conflicto, siendo que la “provención” se expresa en términos positivos, los autores consideran que la “prevención” alude a la necesidad de actuar antes de que exploten los conflictos y se manifiesten en su forma más descarnada y que los términos negativos consisten en: no hacer frente al conflicto, evitarlo, no analizarlo, no dejar que aflore todo lo que hay dentro, no ahondar en sus causas más profundas; en tanto que la “provención” es un proceso de intervención que hace frente al conflicto e invita a negociar y a buscar soluciones creativas que satisfagan a ambas partes.

Opino que este es un error trascendental en toda esta teoría, pues cambiar el prefijo “pre” que denota algo anterior o previo por el de “pro” que denota avance, delante, etc, no hace la distinción, porque es tanto como concebir al conflicto como algo latente que puede explotar, y en una segunda acepción como algo que ya estalló y se pretende solucionar.

Este planteamiento teórico es equivocado porque significa que es permisible dejar que en todo impere y se desate el caos para luego apaciguarlo y ordenarlo, dejar que fluyan los conflictos como una oportunidad de analizar sus causas más profundas; es una complacencia por la libertad irrestricta, pero afortunadamente en la materia en sí misma, es una prevención. Es una paradoja que afortunadamente pudo reconciliarse en esta obra porque a través de los ejercicios de integración grupal no se está favoreciendo una “provención” con su marco teórico de caos y conflicto, sino que se trata de ejercicios que buscan la “prevención” de los conflictos, así que es como andar en un terreno que se propuso evitar, es finalmente una prevención de conflictos disfrazada de una calificativo de “provención”.

El caso típico es el paso por una calle reducida, dos conductores desean pasar por el mismo lugar al mismo tiempo, ambos tienen el mismo derecho de pasar, ninguno puede prevalecer sobre el otro, ambos tiene intereses contrapuestos.

Desde la perspectiva teórica de la “provención” es preciso dejar que surja el conflicto para que investiguemos las causas por las que ambos deseaban pasar por el mismo lugar al mismo tiempo, mientras que desde el aspecto material de la “provención” es armonizar la convivencia y dejar que una ceda un poco de tiempo u oportunidad fundada en la concordia para que pase uno y luego otro ya que no pueden pasar ambos al mismo tiempo, ambos ganan y evitan un conflicto que pude incluso llegar a ser violento.

Así, la “provención” es sólo teoría porque materialmente es una prevención de conflictos, de otra forma no se explica la naturaleza de los ejercicios de integración, el análisis de los valores o “barómetro” de los valores, consenso y generación creativa de soluciones.

En la obra se concibe al conflicto desde la perspectiva de la convivencia humana, donde toda convivencia contiene latente la existencia de un conflicto y no precisamente violento, sin embargo, la guía metodológica es en esencia una destacada aportación a la construcción de una cultura de la paz y un medio de solución de los conflictos pero adolece de errores de forma como se dijo al inicio y errores conceptuales pero al final, como toda obra humana es susceptible de perfeccionarse.

Finalmente, consideramos que el conocimiento y aplicación de esta obra es importante en un escenario donde las personas ya tienen definidas sus inclinaciones, preferencias, aspiraciones, deseos y frustraciones, donde el objeto de la obra es manejar esos aspectos de la mejor manera y contribuir a la construcción de una paz social, sin embargo, adicionalmente y como cuestión previa es necesario un estudio y práctica de las virtudes, así sí entendemos a la justicia, templanza, fortaleza, prudencia y todas las virtudes humanas, así la cultura de la paz tendría cimientos más poderosos que paliar los efectos de necesidades insatisfechas y que son causa de potenciales conflictos.

 

Fulcanelli

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