INTRIGAS

28 DE JUNIO 2012

UNIVERSIDAD SECUESTRADA

 

No es ninguna novedad que la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) amanezca secuestrada, ahora por el aspirante a Diputado Federal. La constante en cualquiera de los secuestros es la falta de democracia, la acción la genera habitualmente una cúpula sin consultar a los demás miembros de la U.A.E.H., así, ahora los líderes del PAN, “con fines justos” -Han privado del derecho a la educación a los jóvenes-, utilizando medios reprobables, aquí el fin no justifica los miedos. Ojalá y estos niñitos #132 volteen a ver a nuestra Máxima Casa de Estudios, y vean que al igual que Elba Esther Gordillo lleva cuantos años ultrajando la educación en México, tenemos el mismo hecho en nuestra Universidad, pero a los niñitos #132 les falta criterio para analizar esa situación, pues los hilos que los mueven no les han permitido pensar mas allá de lo que ven en televisión.

El máximo órgano de gobierno, de acuerdo al Artículo 28 de su Ley Orgánica, es el Consejo General Universitario, sin embargo, es suplantado por el actual grupo político que controla esta Universidad desde inicios de los ochenta, al cual, el periodista Alfredo Rivera denominó: “La Sosa Nostra; porrismo y gobierno coludidos en Hidalgo”, comandado por el cacique de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, el cual ha sido Diputado Federal, precandidato al Gobierno del Estado y sobre todo, factor dominante de la UAEH, de la que fue rector sin los méritos académicos para serlo, ha sometido a esa institución en su provecho; el cual forma parte en la actualidad, uno de los poderes fácticos del estado, cuyos tentáculos se extienden a varias instituciones: Ayuntamientos, Congreso Local y Federal, organismos supuestamente autónomos, Poder Judicial y empresas privadas. Pudo contar con el favor, el temor y el apoyo de los antiguos gobiernos hidalguenses, salvo en los años recientes en que sus intereses políticos chocaron con los del ex Gobernador Miguel Ángel Osorio Chong, y de quien lo reemplazó el primero de abril Francisco Olvera.

El año pasado el Gobierno Estatal clausuró una gasolinera ubicada a la salida de Pachuca, camino a Tulancingo por motivos de seguridad, cuyo cuidado está a cargo de Protección Civil. La clausura provocó la protesta de autoridades universitarias, pues se daba por hecho que la franquicia de ese expendio de combustibles pertenece a la Universidad. Suscribieron una nueva demanda al Gobierno Estatal para que la gasolinera sea reabierta. Recordemos cómo miembros de la agrupación de alumnos tomaron varias calles importantes en la ciudad Capital y estrangularon el tránsito, era sólo el preámbulo de una protesta mayor, pero el Gobernador Olvera, de quien Sosa esperaba esa actitud desde que asumió el cargo, anunció que ordenará la revisión del caso. Por lo pronto, la marcha, a la que la sociedad pachuqueña teme, pues ese género de movilizaciones suele terminar en vandalismo y agresión franca a personas, establecimientos comerciales, ha quedado en suspenso.
Ocurre que de la franquicia no es titular la Universidad sino un particular, el contador Óscar Pacheco, a quien se tiene como prestanombres de Sosa. Generar apariencias escudándose en la UAEH, para la gestión de intereses privados ha sido una costumbre largamente observada por Sosa en su beneficio por ejemplo, creó la Fundación Universidad que consiguió de esa casa de estudios autorización para manejar los estacionamientos de los predios universitarios. De pronto la Fundación universitaria fue suprimida y en su lugar se creó la Fundación hidalguense, sobre la cual Sosa tuvo aun mayor control.
El secuestro del campus universitario acordado por la familia Sosa Castelán, movidos por su deseo y ansias de poder, ha paralizado durante ya dos décadas en su totalidad las actividades académicas y por lo tanto el deseo legítimo de crecer, ampliar más campus universitarios, ¿Por qué tendrían que haber Universidades Tecnológicas, cuándo lo más viable seria abrir facultades de todas las áreas en nuestros municipios?, dejar que los estudiantes no pierdan un lugar en la Universidad y mucho menos en la preparatoria, la gran pregunta amigo lector es ¿porque hasta ahora y en tiempos electorales dejaran crecer la UAEH? ¿Cuál es la estrategia del grupo político dirigido por la familia Sosa Castelán en la Universidad para obtener el poder que le permitiera manejar política, económicamente y de manera total la U.A.E.H.?

Bastaría decir que los recursos para la Universidad provienen de la Federación y de los impuestos de los mexicanos de todo el país. Lo peor es que sus recursos estén yendo a la Fundación de los señores Sosa Castelán y peor aún, a las candidaturas de los familiares, porque no se nos olvide que esta familia se ha subido a la rueda de la fortuna política, y si no le toca a uno hoy, le tocará mañana. La Universidad cuesta un auténtico dineral al contribuyente, y lejos de mejorar empeora con cada curso que pasa. El problema por tanto, no es de presupuesto, sino de concepción misma, de ¿Qué es? y ¿Para qué sirve? Pocas instituciones hay en todo México más politizadas que ésta. Su consejo para elegir rectores es un órgano político, rendido por lo general a Gerardo Sosa Castelán, que no aspira a regenerar una Universidad esclerotizada, sino a que se perpetúen sus peores vicios como la cerrazón, el sectarismo y la falta de miras.

¿Quién mueve los hilos de los dirigentes del secuestro? ¿Qué aviesos fines tienen?

Nuestra Universidad ya tiene años secuestrada por centros de poder económicos y políticos.

Nuestra Universidad es un lugar de creación y de esperanza, o al menos eso debería ser, sin embargo, caminamos por ellas desencantados, sintiendo a cada paso un inevitable malestar. En este artículo voy a escribir sobre ello, sobre ese flagelo que ha logrado situar a la Universidad en la densa inactividad en la que se encuentra. Lo hago, porque escribir es una estrategia efectiva para atemperar la incomodidad que produce una atmósfera, que en lugar de ser crisol para el desarrollo personal, se encuentra atravesada por constantes y recurrentes actuares, tan destructivos como irresponsables. Me refiero a la “Universidad secuestrada” por esos personajes cuyo afán de dominio la fracturan en grupos de interés, cuyo mapa se dibuja en términos políticos de poder, expresados en el lenguaje de la razón técnica.

La Universidad se ha visto de esta manera transformada en un mapa invisible de grupos y grupúsculos, caracterizados por su capacidad de impedir y trastornar todo proyecto renovador y creativo que los amenace. Una Universidad que por encima de su creatividad, de sus innegables talentos, ha sido inducida a la simulación, al vacío de ideas, a la incapacidad de proyecto, la intolerancia, la des-civilización, la acción indirecta, el enfrentamiento lateral u oblicuo, el golpe artero, donde el imperio de una racionalidad que se asume arbitrariamente científica, impera por encima del de la sensibilidad humana.

No cabe duda que en nuestro Estado la gente no tiene memoria y en vez de sorprendernos que Peña Nieto no mencionara tres libros, debemos preguntarnos porque la gente no lee y no lee situaciones importantes dentro de su entorno social.

Esta verdad, que le va a pesar a Damián cuando la lea, pero al “niño Presidente” le pidieron desde el cielo, que no se mueva o se olvide de que su gobierno pueda sobresalir, y el muy ingenuo se creyó lo que alguien de dudosísima reputación que no es muy Ricardo ni muy Bravo le aconsejó.

Soldadito de Plomo, la Revancha

Por otro lado el soldadito de plomo Espino, además de dar risa, da lástima. Cómo es posible que un miembro inactivo de las fuerzas armadas no haya pasado los exámenes de control de confianza de la ciudad de Pachuca, si no los pasó aquí, no quiero saber cómo le hubiera ido en la S.S.P., la gran pregunta es ¿Si él no lo pasó, jajaja, apoco el Pachalita sí?, vivimos “en el mundo de al revés”. Pero regresando al soldadito de plomo; no que realmente fue un buen militar, si eso fuera cierto, y lo digo con conocimiento de causa, él sabe perfectamente que en nuestras fuerzas armadas, cuando uno está en servicio, así nuestro familiar este en sus últimos momentos, uno debe de estar en servicio pase lo que pase. Lo cual me lleva a pensar si el Sr. Presidente leyó su currículum vitae de Espino, a lo cual surge otra duda, que cargo tuvo que uno no acredita un examen de control de confianza, que para un buen ex militar sería pan comido, o acaso sólo fue porque realizó su servicio militar nacional o estuvo y desertó; y otra es, ¿no se le quedó bien inculcada la vocación de servicio a la Patria y anteponer cualquier cosa antes que su País? En fin, seguiremos investigando.