EDITORIAL

POR: JORGE ZAMACONA 

13 DE NOVIEMBRE DEL 2014

¿Qué puede hacer la ciudadanía ante los acontecimientos que se viven en nuestro país? Quizá nada, quizá mucho; lo primero; organizarse, participar, defender al estado sí, al estado, que no es lo mismo que defender  al gobierno; los mexicanos somos pacientes ¡Pero no tontos!, somos prudentes ¡Pero no cobardes!, defendemos nuestras instituciones cuando las vemos amenazadas porque ellas son las que nos dan estabilidad y certeza a la sociedad; no podemos permitir que se rompa la armonía por la ineficiencia de un gobierno como demostró ser el de Guerrero que toleró y solapó las “triquiñuelas” de hombres mezclados con la delincuencia organizada, como pasó con Abarca; el gobierno federal fue lento en la respuesta de lo acontecido en Iguala, quizá por estrategia partidista, quizá porque no pensaron que el asunto fuera a reventarle a ellos, y que Aguirre partiría complacido de la “papa caliente” que dejo a los funcionarios federales que hoy viven el Waterloo de la administración de Peña Nieto; la solución dolorosa,  pero necesaria;  llegar hasta los límites  legales, sin permitir más desmanes; fajarse los pantalones, buscar a los responsables y castigarlos de manera ejemplar; darle al pueblo un sacrificado, un funcionario federal  para que la sed de sangre de una sociedad sedienta de justicia quede complacida ¿Quién? Solo Peña Nieto sabrá…