La diva Selene

01 DE MARZO DEL 2012

SELENE PEÑA ÁVILA
SELENE PEÑA ÁVILA

César Peña

cesarpesa@hotmail.com y twitter@tesaron

 

Los hechos del primer mes de labores en el ayuntamiento de Zempoala, vinculados con una urgencia política de la alcaldesa Selene Peña Ávila por conformar su propio grupo político y por allegarse recursos de la forma que sea, confirman cada vez más los rumores de su separación del cargo en los siguientes doce meses.

                Síntoma inequívoco de políticos arribistas y con escaso tacto político, son quienes con desesperación buscan implementar medidas “distintivas” detrás de las cuales está el apremio por los reflectores de su círculo de amigos y la cúpula de su partido, a quienes buscan sorprender con sus capacidades y atributos inventados en una especie de megalomanía destinada, en el fondo, a llenar egos infantiles y compensar su evidente complejo de inferioridad.

                Selene Peña Ávila, una ex trabajadora de los medios, por los cuales tuvo un paso poco brillante, tras darle la espalda a parte importante de su partido, el PRI, y a quienes la apoyaron para llegar el encargo, ahora quiere liberarse de esta herencia de forma total y pretende manipular la elección de delegados en las 32 localidades y la cabecera municipal.

                A través de sus trabajadores y empleados – la mayoría de ellos inexpertos en el oficio negociador -, ha llevado el mensaje para la arenga impositiva de hacer de quien ella resuelva y no el pueblo, los representantes de cada comunidad, buscando ejercer un poder absolutista, ya no solamente desde el Ayuntamiento, sino ahora, en las comunidades, donde por cierto, no cuenta con todas las simpatías de la gente.

                Con el relevo de delegados en puerta, observa que no tiene todo el apoyo para este acto de avasallamiento político en que recibe el primer golpe de la pared llamada realidad ante la soberbia que ejerce desde la alcaldía, en que se da el lujo de inaugurar desplantes como negarse a atender a los ciudadanos en su oficina, sino a través de representantes.

                Desde su triunfo en los comicios del pasado 1 de julio, Selene Peña se veía exasperada ante la falta de atención política, a tal punto que en varias ocasiones fue bajada del estrado de actos públicos a los que llegaba sin ser invitada. Luego, comenzó a vengarse de sus enemigos políticos en el PRI e inició una limpia que está a punto de culminar.

                Esta última acción no pasó inadvertida, los ex alcaldes reaccionaron inmediatamente organizándose tras bambalinas para cocinar lo que sería, no un grupo de adhesión, sino una organización paralela con capacidades para obligar a la nueva alcaldesa a respetar los grupos, su presencia y trabajo histórico.

                Este grupo ha devenido en una suerte de contrapeso interno del PRI a nivel municipal que ante el golpeteo en su contra de parte de Peña Ávila, ha dejado entrever la posibilidad de solicitar y promover la remoción de la alcaldesa antes de que cumpla un año en el cargo, con el fin de deshacerse de ella.

                Paralelamente a esta situación que se agudiza con el cese de los últimos ex trabajadores del grupo político de Efraín Ramírez, se observa solamente la negociación con aquellos pertenecientes a la fracción del ex edil Vicente Suárez. Fuera de ellos, la funcionaria municipal pretende crecer a pasos agigantados conformando un grupo propio que en la novatez está pagando el precio.

                La colocación de parientes cercanos en los cargos de directores, subdirectores y encargados de área, sin importar las implicaciones legales que existen como nepotismo en la Ley de Responsabilidades de Servidores Públicos y los oídos sordos a las protestas ciudadanas, son muestras de que esta intención de recapitalizarse económica y políticamente, es un proyecto que va en serio.

                Si nos atenemos a que sólo estará en el cargo a lo sumo un año, existen bases sólidas para suponer que sólo existen doce meses para buscar estabilidad, ni siquiera para el municipio, sino para ella exclusivamente, en que la parte monetaria queda de manifiesto al buscar, a través de la depredación al comercio local -, gravando incluso a los ambulantes-, y así fortalecer extrañamente a la hacienda municipal.

                Los propios priístas, que creían garantizado su trabajo como sucedía en cada trienio, ahora comienzan a organizarse en contra de la funcionaria por su talante opresor y por ser la parte más oscura, operando, paradójicamente, en pos de los “nuevos tiempos” y los “cambios”, que se ven, para mal.