FRANCIA, LA VERGÜENZA

07 DE MARZO DEL 2013

POR: CÉSAR PEÑA

El que hoy una Nación presuntamente desarrollada como el país galo haya entrado a una dinámica de una contumaz agresión militar a un país como Mali, revela que las fuerzas imperialistas siguen tan vivas como antaño, en busca de nuevos territorios por conquistar o en este caso, nuevos patios para veranear, aunque se utilice al conocido ardid de combate al terrorismo.

            Para nadie es un secreto el pasado colonial de Mali, que lo ata precisamente al dominio francés hasta 1960, que sigue creyendo tener el derecho de tutelar a esta población como si estuviéramos en los tiempos de los reinos se ganaban a punta de lanza tras fragorosos embates coloniales. Cuando creímos superado estos tiempos, nos vemos rodeados de países desarrollados que siguen hambrientos de poder y conquistas.

            Si nos remitimos al pasado inmediato tenemos la más descarada muestra de este injerencismo imperialista en la aventura bélica que Estados Unidos inició en medio oriente, donde casualmente, había “armas de destrucción masiva” cuando a muchos nos quedaba claro que iban por el petróleo para el abastecimiento de este combustible fósil durante su periodo de agotamiento mundial.

            Para ello, se tuvo que justificar a un enemigo, ese mismo que ha sido manipulado con la careta del terrorismo y que se llama seguridad nacional, que es el que ha llevado a que los gobiernos de la Unión Americana cometan toda clase de atrocidades como lo fue sin duda Abu Ghraib, Afganistán y otras tantas que ya deberían tener a su ex presidentes y secretarios de la Defensa Nacional, mínimo, tras las rejas por delitos de lessa humanidad.

            Los campeones de la democracia, tan preocupados por las violaciones a los derechos humanos, jamás han dicho una sola palabra de una recóndita Nación que se encuentra muye cerca de sus objetivos militares; Myanmar, donde un régimen militar no sólo desconoce, sino que plasta todo dejo de dignidad en la gente a diario.

            Pero como este país no tiene petróleo o ningún otro recurso abundante estratégico para estos tiempos, pues que se sigan haciendo toda clase de desmanes, que se maten y que pase todo lo peor, al fin que en la lógica yanqui, ni siquiera es socialista y no representa ningún botín político por explotar y menos algún enclave económico.

            Pero eso sí, cuando se trata de Cuba y de resaltar infamias reales o inventadas, el Gobierno norteamericano se apresta a sacar raja de todo cuanto puede y el país que impuso una cerca del lado sur para evitar la entrada de indocumentados centroamericanos y mexicanos, les da todas las facilidades a los disidentes cubanos para que se queden en Estados Unidos y exhiban al régimen de los hermanos Castro.

            Mali, en el caso de Francia, es una Nación subdesarrollada, con altos problemas de salud, alimentación, una educación deficiente y de paso, el 60 por ciento de sus territorio en el desierto del Sahara y alta migración, con regímenes que sirven sólo a las oligarquías y que ahora se ve sacudido por una guerra que a la burguesía y los grupos de poder galos se les hace inocua y parte de un esquema para valorar a su Ejército, cuando se trata de una abierta agresión que el mundo y sobre todo, el Consejo de Seguridad de la ONU, debería sancionar.

            Pero sin duda que para eso de mostrar sus jerarquías, los europeos sí que han mostrado que no están muy lejos de sus vecinos yanquis del otro lado del océano atlántico, al buscar cualquier pretexto para desplegar sus banderas de asalto y lanzar ataques a regiones que en vez de balas, necesitan ayuda, porque si de orden se trataba, la pregunta obligada es, ¿no era más fácil solicitar la intervención de los casos azules?

 

Cuentas claras: Ya es tanto el hastío de la gente de Zempoala por sus gobernantes que ya ha comenzado un éxodo diario a las oficinas de la Secretaría de Gobierno de la administración estatal para pedir la intervención de las autoridades para detener la ola de tropelías y sinverguenzadas de parte de la alcaldesa Selene Peña Ávila y su decadente gabinete, ahora erigido en una especie de realeza despótica pues la funcionaria los ha hecho creer que son la octava maravilla del mundo, convencido que lo suyo son los desplantes y la fanfarronería.        

 

 

 

* Periodista, investigador y economista