Hospital General, el matadero

12 DE ENERO DEL 2012

La llegada de Francisco Chong Barreiro a la dirección del Hospital General de Pachuca es sin duda ejemplar para los ciudadanos y es, principalmente, porque la calificación de este nosocomio cayó del lugar 5 al 31 de los 32 nosocomios generales de todo el país, según una evaluación de la administración federal.

                Durante su gestión, este hospital ha caído en los peores niveles de atención en los últimos 3 años, consagrando el sistema de compadrazgos que a este tecleador le tocó personalmente observar en que se prioriza la atención a políticos y funcionarios, que reciben atención de primera mientras que para el resto de ciudadanos, no hay medicamentos ni para lo más elemental.

                La temporada decembrina puso al descubierto la gravedad del asunto; mientras Chong Barreiro y mandos medios se entregaban a “Jornadas Médicas” en municipios como Atotonilco, en la capital no había un solo neurocirujano como sucedió a partir del día 22 de diciembre, cuando el único que había en turno, se fue de vacaciones.

                Por más que lo quiso ocultar el personal médico y Trabajo Social, los usuarios pagaban sus deudas con medicamentos en un triste trueque que no alcanza a describir lo que sucede al interior, en un sistema que el Seguro Popular constriñe aún más. No había ni siquiera en existencia el analgésico más elemental que es el paracetamol.

                A ello hay que sumarle la emergencia sanitaria que inició el 15 de diciembre con la presencia de una bacteria desconocida que mató a varios bebés del área de maternidad y que olvidó la aplicación de los protocolos mínimos y el cerco sanitario, generando incertidumbre sobre los procedimientos que se llevan al cabo al interior y psicosis entre quienes se alcanzaron a percatar de ello.

                Justo en esta crisis hospitalaria, una versión surgió entre el mismo personal médico que generó aún más dudas sobre lo que sucedía: ante la falta de suero, se preparó una “receta” a base de agua que le era suministrado a los enfermos vía intravenosa en tanto enfermos y pacientes con mayores requerimientos eran dejados en manos de las cuadrillas de jóvenes médicos practicantes, que recibían poca o nula supervisión sobre las responsabilidades generadas.    

                Aunque la Comisión Nacional de Arbitraje Médico ha recibido tan sólo una treintena de denuncias por negligencias de doctores, de las cuales por lo menos 8 tienen que ver con el Hospital General de Pachuca, poca es la población que se anima a denunciar los espantos que se viven diariamente en este lugar.

                Por ello, del lugar 5 que se ocupaba en el 2007, ahora el HG cayó hasta el lugar 31 en el 2010 de acuerdo a un reporte de la Secretaría de Salud Federal, en espera de que los datos para el desempeño del 2011.

                Una cínica complicidad se mueve también desde la adquisición de medicamentos al “sugerirle” a la gente comprarlos en un lugar específico. Esta tendencia ha sido la norma, de tal suerte que la máquina para la realización de tomografías, propiedad del HG, estuvo “prestado” desde el 5 de diciembre y regresado horas antes del día 24. ¿Existe esta alternativa legal para un lugar lleno de necesidades?

                El albergue y comedor que recién operan en el costado del Hospital General es apenas un avance que es inmediatamente aplastado por la avaricia de sus directivos, los negocios oscuros y la falta de sensibilidad con los más pobres, que no tienen a dónde más ir, y dónde por mala suerte, está casi garantizado su deceso.

                El secretario de Salud, Pedro Luis Noble Monterrubio, tiene que poner orden en este lugar toda vez que a finales del año el mandatario estatal, Francisco Olvera Ruiz prometió garantizar la salud a los hidalguenses, sobre todo los de zonas rurales, algunos de los cuales, ante la saturación e ineficiencia, son retornados o canalizados a otros lugares.  

 

Cuentas claras: Cuando redacto estas líneas, una serie de informaciones, incluyendo facturas de compra de parte del Hospital General y de la Secretaría de Salud de Hidalgo, me llegan a las manos exhibiendo una enorme corrupción y el quebranto a la institución que explica el porqué de los faltantes en medicamentos en éste y otros nosocomios. Jeringas que cuestan a lo sumo 2.50 pesos, fueron pagadas hasta en 8 pesos con cincuenta centavos. Los encargados de esta dependencia deben una respuesta a la población por este y otros gastos que próximamente les daremos a conocer más ampliamente.