EDITORIAL 

16 DE  ABRIL DEL 2015

Tulancingo va de mal en peor, todo porque ésta ciudad  se ve deplorable, las calles, la basura,  Reglamentos, Tránsito y sume usted a estos inconvenientes que vive la ciudadanía a diario los problemas de corrupción que ya invadieron al deporte, un área donde al menos muchos pensaban que todo estaba  caminando con una regularidad aceptable, no cabe duda, la sorpresa para propios y extraños fue  de molestia, ya que no es posible que un grupo de vividores del esfuerzo de los jóvenes disfruten del dinero que no es de ellos, y es para una noble causa, hacer deporte, imagínese usted ¡Son más de un millón de pesos lo que reciben estos “zánganos”! Porque no son otra cosa más que eso,  este dinero se lo distribuyen los directivos y el representante de los árbitros, quien le quita a cada silbante una cuota que va desde 50 a 100 pesos semanales ¿El pretexto? Gastos administrativos, gastos médicos ¡Esto es un abuso!; pero lo peor, de las más de setenta canchas donde se juega el futbol y que cada semana las ocupan casi cinco mil personas que reciben una entrada extra por proporcionar ciertos servicios,  que tampoco nadie controla, como es la venta de cerveza, comida, refresco, el pago a quienes pintan las canchas y colocar redes, en fin, gastos que dan cada semana a cientos de familias, una entrada de dinero para sobrevivir durante los próximos siete días siguientes; algo debe hacer alguna autoridad, pues urge regular este tipo de organizaciones “patito” que usan gente de mala fe, para llevarse la lana de los jóvenes que solo desean hacer deporte, y hoy han visto que la corrupción  de Gerardo y “Ramoncito” están acabando con su día de esparcimiento y  perjudicando su salud y su pasión deportiva…