Se va Benedicto, se ladea la Iglesia

28 de marzo del 2013

Por: César Peña *

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Sólo los muy inocentes o los cómplices por acción u omisión –de los que hay muchos-, pueden creer que Joseph Ratzinger efectivamente dejará el Pontificado debido a problemas de cansancio debido a su precaria salud. Inéditamente, esta es la primera vez que un Papa abdica en casi 2 mil años de negra historia. Algunos dejaron el cargo por criminales, otros por haber sido asesinados, otros por luchas intestinas y este es el primero que lo hará por razones de culpa que tiene finalmente que disimular, demostrando que siguen existiendo grupos de presión al interior y sobre todo, una enorme carga moral que no deja dormir al principal ocupante de El Vaticano.

                Es tan vasta la historia del Papado que hay innumerables historias como la existencia de tres Papas en un mismo momento histórico, dos y hasta tres sedes -Roma, Avignón y Pisa-, y un sinfín de conflictos, pero nunca como ahora, los escándalos que se han sumado desde entrado el nuevo siglo que no se ha podido tapar con absolutamente ningún paliativo y por más esfuerzos que se han realizado por ocultar los problemas y sólo veladamente, un tibio intento de aceptar lo evidente y eso, porque no le ha quedado de otra, como en el caso de las víctimas de pederastia, que se han multiplicado por todo el globo, un brote tan singular y tan común que alcanzó a los lugares más inimaginados donde el catolicismo “evangelizó” a los pobres.

                Sin duda, como sostiene el historiador Lorenzo Meyer, el catolicismo ha sido muy lento para asimilar la realidad, pero lo ha hecho de forma tal, que ha terminado por acomodarse a todos los sistemas de producción, aliándose a los poderosos, sin embargo, los escándalos de hoy son difíciles de que los digiera en el corto plazo y prueba de ello, es esta renuncia de Ratzinger, aquel cardenal que en su niñez perteneció a las juventudes hitlerianas y que nos recetó el cuento como el de San Martín Caballero, que aunque fueron soldados, jamás hicieron al alguno cuando el poder al que servían, era no sólo sanguinario, sino monstruoso y abyecto en esencia.

                El blanqueo de dinero en las tres instituciones bancarias con que cuenta el Vaticano; la falta de transparencia en todas éstas, la evasión al fisco, los paraísos fiscales y sobre todo, el lado de dinero del narcotráfico, han sido parte de esa gota que derramó el vaso de esta institución que en ya no se ve tan sólida como nos dicen. Peor aún, tras la remoción de Ettore Gotti, director el Instituto para las Obras de Religión (IOR), otro de sus bancos, por lavado de dinero, el Papa deja a otra persona de dudosa reputación pero que nunca ha motivado siquiera una línea de parte del Papado: Ernesto Von Freyberg.

                Este hombre es un empresario involucrado en la industria armamentista de Europa y su empresa aún sigue pagando una larga indemnización a personas y familias por el uso de mano de obra esclava en sus fábricas. Con esta reputación no es descartable que todo lo demás parezca peccata minuta, sin embargo, no es en este contexto, de ninguna manera desdeñable, pues todo contribuyó a esta decisión que pone en jaque la escasa credibilidad que le quedaba al catolicismo.

                Poco a poco, ha ido fluyendo la realidad de esta renuncia, como lo es la “conspiración” y las traiciones dadas a conocer por el propio jerarca lo mismo que por el arzobispo Primado de México, Norberto Rivera Carrera, que han ido armando el rompecabezas de esta trama semicriminal que ya no es posible esconder ante la irrupción masiva de las nuevas tecnologías y que ya no es posible cooptar las mentes de la grey a través de los canales por los que tradicionalmente la Iglesia impuso su verdad como lo eran el sermón dominical, el catecismo y la escasa evangelización en las comunidades.

                El Crimen Sollicitationis es ahora inútil, aunque siguen haciendo esfuerzos ya poco efectivos, por acallar a las víctimas y a la sociedad. Ahora ha surgido con fuerza potenciada, el problema de África, donde sacerdotes abusaron de monjas por años o lo de Irlanda, donde por más de 3 décadas, el clero abusó selectivamente de niños y el cas Marcial Maciel, un consumado pederasta que además se dedicaba al tráfico de estupefacientes utilizando a los monaguillos y a la religión.

                En fin, que hay todo un reto para el catolicismo en materia de fe, de conducción y de haber abandonado el camino. Hay quienes ven la llegada del Papa negro, una figuración meramente infantil, porque si se trata de que la Iglesia tuerza el camino, no hay de qué preocuparse porque ya lo hizo desde sus primeros años de vida y hoy apenas puede iniciar a ver la luz aunque se prevé la llegada de un Pontífice todavía más conservador que Ratzinger y el anterior Juan Pablo II.    

 

 

* Periodista, investigador y economista