EDITORIAL

07 DE MARZO DEL 2013

Cualquier ciudadano del mundo quiere vivir en “santa paz”, tener gobernantes preocupados y ocupados en dar beneficios a sus gobernados, que salgan a la calle y sean vistos con respeto, que ante cualquier problema por mínimo que éste sea se solucione buscando siempre la armonía social, que el hombre en el poder sea honesto, que mire de frente y fijo hacia los ojos de la gente que ve en él a su líder, que genere confianza, este es el deseo que tienen cientos de pueblos no en el mundo, sino aquí en México, lamentablemente esto no sucede, y a diario nos enteramos de “políticos” que cuando se ven envestidos de poder abusan del cargo y se enriquecen sin ningún escrúpulo, olvidando su raíz y la matriz de donde provienen, se vuelven soberbios y arrogantes, tratan a la gente que los ayudó a encumbrarse, con la punta de los píes, y lo peor, se prostituyen y se vuelven corruptos, y cuando alguien denuncia sus “transas” le hacen la vida de “cuadritos” y en muchos casos agreden violentamente a sus críticos; Tulancingo padece hoy de este mal, y el pueblo se cansa de tantas tropelías, y si nadie pone un hasta aquí, el “agua romperá los causes de la tolerancia”, ojalá que el joven panista modere sus abusos por el bien del municipio…