EDITORIAL

28 DE marzo del 2013

El tiempo de partido hegemónico en México ha pasado a la historia. El tiempo de políticos mediocres en Hidalgo ha terminado;  el tiempo de hacer política a Hidalgo ha llegado; el tiempo de retiro para los que no aprovecharon la oportunidad que el PRI les dio, se acabo; el tiempo para la “línea” sin consenso es ya historia que guardan los archivos de la democracia; los tiempos de callar son tiempos de sumisión y los tiempos de sumisión en estos tiempos son tiempos de derrota; El PRI es hoy un partido en el poder y exige políticos preparados, sensibles, intuitivos, cultos, retóricos, inteligentes, negociadores, conciliadores pero sobre todo, que amen a su instituto político y no se tolere la imposición, porque al aceptarlo, el partido pierde esencia y presencia, y en estos tiempos son para triunfar y ganar la confianza ciudadana, y no perderla solo por temor a que le quiten la chamba y los privilegios que el cargo da; los culpables de lo sucedido en Tulancingo son quienes se atrevieron a caminar por las calles abanderando una causa que carecía de sustento de la militancia, de quienes aceptaron sin cortapisa la imposición de un joven inexperto, inepto en el oficio político, siendo él el menos culpable, ya que con dirigentes tibios y apáticos, la pregunta es ¿Quién va a abanderar las causas de la sociedad y los priístas ante un gobierno que ha hecho con la gente del municipio lo que ha querido, sin que nadie defienda los intereses de la ciudadanía?