GASTO SOCIAL 

24 DE SEPTIEMBRE DEL 2015

Por: César Peña

Salalrio mínimo 70 pesos con 10 centavos

Desarrollan ola de críticas...

Los topes mínimos, reflejan la miopía de las autoridades...

Con haber hegemonizado el tabulador salarial mínimo en todo el país, desapareciendo con ello las diversas zonas geográficas  que hasta hace algunos años estaban clasificadas en escalas dudosas y cuestionables de la “A” a la “C”, las autoridades creen haber resuelto una parte del problema de la recesión que afecta a todo México y que golpea con rudeza a los sectores populares, pero esto es demagogia llana en el terreno económico.


La Comisión Nacional de Salarios Mínimos, ese monstruoso ente inoperable y arcaico, sostiene que 70 pesos con 10 centavos el día, son “justos” para resolver las necesidades de un trabajador y su familia, pero eso no sucede ni en el mundo más surrealista. Recordemos que la timorata  propuesta del panismo  que tenía desde luego sólo fines electorales bajo una consulta popular,  buscaba que este mínimo fuera de 80 pesos, cantidad insuficiente, si tomamos en cuenta que un estudio de la Facultad de Economía de la UNAM, fijaba esta cantidad en 250 pesos hace unos cuantos años.


Las advertencias de Forbes y el sector empresarial a intentos de ajustes anteriores, que no estaban ni cerca de ser los adecuados, desataron una ola de críticas debido a las presiones inflacionarias que provocarían y posteriormente otros problemas como el crecimiento del desempleo, porque según esto, no estaba motivado en el aumento de la productividad.


Aquí es donde comienzan los peros, pues según diversos estudios, la productividad de los mexicanos es de apenas 19% de la de un trabajador irlandés, 23% de la de un francés y sólo un tercio de la de un español, es decir, se ubica casi 60 por ciento debajo de su capacidad, sin embargo, en Estados Unidos, la productividad de los mexicanos es muy alta, es decir, depende de otros factores como la propia empresa, la motivación, los esquemas productivos, etc. muy precarios en el país. 


Pero la realidad, los ha superado a casi todos, ya que no solamente debe ponderarse los productos de una mañosa canasta básica, sino todos los componentes integrales de las familias, que incluyen desde alimentación, vestido, techo, educación y otros que parecieran superfluos, pero no lo son, como distracción, cultura y deportes. Con todo ello, el mínimo debería estar en por lo menos 320 pesos diarios, es decir, se está casi 4 veces por debajo de lo requerido.


Estamos hablando de que 10 mil pesos mensuales apenas alcanzarían para darle a una familia lo básico, sin lujos de ningún tipo, por lo que vemos que los topes mínimos reflejan la miopía de las autoridades, en una  incapacidad abierta por resolver el problema de la pobreza en México, que pasa por un marco revisionista en lo que toca su parte institucional y salarial.


Cuando la distinción de zonas hablaba de que los salarios mínimos eran inferiores en las zonas “b” y “c”, se pasaba por el mismo absurdo, al considerar que en las zonas no industriales, fuera de las ciudades, los alimentos e insumos familiares eran más baratos, lo que desde luego era una garrafal mentira, pues el costo de la vida era igual o todavía más elevado, llevando a la gente a vivir más apretada.


Hoy, como sostiene un chiste de humor negro, la crisis ya ni siquiera obliga a la gente a apretarse el cinturón, pues ayer se lo comieron. Lo que las autoridades deben pensar es que los ciudadanos deben de tener, como lo marca la Constitución, derecho a un trabajo digno, y lo de digno significa que haya la suficiente cantidad y calidad, con retribuciones que los hagan poder acceder a un nivel de vida adecuado.


Ciertamente no hay comparación con el salario mínimo de los Estados Unidos, que también tiene zonas, pero con otros tabuladores muy lejanos a los nuestros, muestra que las zonas peores ubicadas tienen el mínimo en 7.25 dólares, es decir 125. 25 pesos pero la hora, es decir, semanalmente sus trabajadores cobran 7 mil pesos semanales cuando en otros lugares particularmente nueve estados,  llega hasta los 8 mil 500 pesos, claro en dólares, semanales.


Estamos entonces, ante un reto mayúsculo, como es resolver el problema de los bajos salarios, que ésta concatenado, inevitablemente, con el rezago y la pobreza, ante lo cual, es menester trabajar en el mismo sentido para que realmente la justicia social, tenga su correspondencia en el terreno económico.


Cuentas claras: La primera guerra mundial fue la que hizo que las fronteras se cerraran y se impidiera el libre tránsito de la gente por cualquier país. Hoy, debemos de rescatar esa libertad y obligar a nuestros países a recibir a los desplazados y refugiados de otros lugares, donde su población sufre problemas de hambre, guerra o luchas políticas. Es un acto de humanidad hacerlo.



Periodista, escritor y economista, egresado de la UNAM, autor de ensayos, novelas y poemarios. Colaboró con las revistas Proceso, Contra línea, entre otros medios y diarios.