GASTO SOCIAL

10 DE SEPTIEMBRE DEL 2015

Por: J. Zamacona 

Lenguaje electoral...

Encendió la mecha...

Osorio el mejor...      

Moctezuma en la pelea...

El trienio que nos separa de los comicios federales que renovarán diversos encargos,  principalmente el Poder Ejecutivo, ha acaecido de minúscula y relativa distancia, a una fragorosa batalla  declarativa nulamente abismal que ya tiene emisarios, destinatario y desde luego, mensajes que sugieren que ingresamos prematuramente a la sucesión más importante para el país.

Encendió la mecha aquella encuesta publicada recientemente que dio a conocer los personajes mejor colocados para encabezar las nominaciones a la Presidencia de la República, algunos ya con partido, otros sin él y algunos más, adheridos a las  controvertidas candidaturas ciudadanas,  que fueron el preámbulo inquisitorio de una caja de pandora declarativa que no ha dudado en agrupar discursivamente fuerzas que se  identifican bajo la derecha gubernamental, partidista y empresarial.

Con casi dos dígitos de diferencia, el estudio coloca en primer lugar al ponderado por amplios sectores pero también defenestrado líder del Movimiento de Regeneración Nacional, Andrés Manuel López Obrador, seguido de la panista Margarita Zavala, el actual jefe de Gobiero del DF, Miguel Ángel Mancera, el neolonés Bronco y en quinto lugar, el priísta mejor colocado es el hidalguense Miguel Ángel Osorio Chong. 

Los ánimos derechistas, esos que unen partidos y proyectos cuando ven peligrar su status, no tardaron en  reaccionar a tal cadena de profecías. Hábiles simuladores de reyertas en tiempos electorales, se hermanan en lo que asumen tragedia o riesgo. El primero en soltar la piedra fue el dirigente tricolor, Manlio Fabio Beltrones, que montado en sus aspiraciones presidenciales antes que partidistas, no dudó en atacar el populismo. No es difícil imaginar contra quien va el dardo cargado de iras sectarias.

Ni un guión hollywoodesco hubiera delineado la cascada expresiva contra un neomoderno peligro nacional, a veces aderezado de cacique y otras condimentado con sulfuros mesiánicos. Sin decir jamás el nombre del interfecto, se lanzan aguijones contra el populismo, como el mismo presidente de la República, Enrique Peña Nieto, al igual que el recién electo líder albiazul, Ricardo Anaya.

Para completar este esquema, que en el pasado cercano lanzó spots de que López Obrador era un peligro para México, el Consejo Coordinador Empresarial, ese que aglutina los principales beneficiarios de las reformas estructurales, se lanza nuevamente contra el mismo objetivo, cuando legalmente estamos lejos de los comicios que tanto temen.

Cuando priístas y panistas explotaron el populismo al máximo, no hubo problema, ahora sí, más en estos tiempos en que hasta el perredismo ha retornado demagógicamente a sus orígenes revolucionarios y se cocina una alianza de las izquierdas para el 2018, en que todo es válido, incluso, romper las reglas y colocar escenarios electorales rebosantes de intenciones mezquinas, paridas de casi todos los frentes.  

Nada, por el momento, les impide realizar tal campaña denostativa, ni la propia Ley Electoral, esa misma que se manosea libremente para en los estados imponer nuevos candados a la sociedad para postular aspirantes que pongan en riesgo el Sistema Político y el tripartidismo gobernante, sin embargo, su aparición precoz nos habla de que los miedos no sólo son reales, sino que desdibujan sonrisas en las altas esferas cada que el tabasqueño o los broncos ganan simpatías.

Si a estas alturas, con medio camino de andanzas aún, los diablos están saliendo de los infiernos, es de esperar que los ataques se recrudezcan y se afinen las estrategias que han pasado desde oficinas de televisoras y “expertos en marketing”, cubriendo espacios legales y hasta redes sociales para promocionar a algunos y embestir salvajemente a otros.

Entonces los mexicanos estaremos asistiendo nuevamente a la barbarie política, esa misma que desde el interior de los partidos pregona democracia y escupe mugre. Esa que reclama reglas y avasalla con fingimiento. Este espectáculo es parte de nuestra cultura política y ahora lo tenemos con tres años de adelanto por si no nos fuera suficiente la descomposición política que sólo los cortesanos hijos de la negación maniaca, se niegan a reconocer.  


Cuentas claras: La designación de Fernando Moctezuma Pereda como coordinador de la fracción de legisladores hidalguenses en San Lázaro es un mensaje de que sigue siendo un cuadro importante en la estrategia política estatal, que estando en calidad de “gobernable”, tiene una doble responsabilidad si quiere concretar sus deseos no revelados de llegar a la nominación para alcanzar el edificio de Plaza Juárez. Pero en el mismo tenor, está Carolina Viggiano Austria, quien fue nombrada vicecoordinadora de los priístas quien también aspira al mismo cargo. 



* Periodista, escritor y economista, egresado de la UNAM, autor de ensayos, novelas y poemarios. Colaboró con las revistas Proceso, Contralínea, entre otros medios y diarios.